En eso ha consistido nuestra adaptación, en sumar las propuestas de ambos en una sola y en ponerla en práctica con alumnos de 2º de ESO.
Hemos llevado a cabo la secuencia en varias sesiones (5). En la primera, leímos algunos poemas de la antología. Este ejercicio de lectura y comprensión puso a los alumnos en la pista de que el tema del amor puede ser abordado desde múltiples perspectivas (subtemas) y sirvió para introducir algunos de los tópicos de la poesía amorosa. He aquí algunos de los seleccionados.
Declaración de amor: Pensándolo de pronto (Rafael Montesinos) pág. 140
El beso: Aquel beso (Miguel de Unamuno) pág. 34 | De sólo imaginarme… (Alicia Larde) pág. 90
La frialdad de la amada: ¿A qué me lo decís?... (Gustavo Adolfo Bécquer) pág. 41
El poder de la mirada: Desde que tú me miraste… (Manuel Amor Meilán) pág 47 | Dedicatoria (Luis García Montero) pág. 136
El miedo a la separación: Lección final (J.M. Santiago Castelo) pág 134
La separación: Poema 20 (Pablo Neruda) pág. 120 | Nada más (José Agustín Goytisolo) pág 143 | De alguna manera (Luis Eduardo Aute) pág. 146
La esperanza del regreso: Por recoger tus huellas (Luis García Montero) pág. 149
En la segunda sesión, dedicamos buena parte de la hora a la audición de algunos de los poemas de la antología que pueden encontrarse en la
Antología poética multimedia y en hacer prácticas de dicción con una grabadora digital. Las dos sesiones siguientes sirvieron para la lectura libre y recitación. Como ya viene siendo habitual,
grabamos las lecturas para poder elaborar una audioantología. Dedicamos la última sesión a preparar la hoja poética y a desarrollar algunas de las propuestas creativas. La que más éxito ha tenido es la conversión de un poema en caligrama, aunque la sorpresa ha sido descubrir que algunos (y no pocos) han demostrado tener habilidades poéticas nada despreciables.
Esta fría descripción metodológica no recoge la calidez de algunas conversaciones en torno a los poemas, en las que he visto gestos de rubor, sonrisas reprimidas, miradas de complicidad... y he oído reflexiones muy hondas, expresadas "de todo corazón".
Si me llamaras, sí,
si me llamaras!
Besaría tus finos labios sonrientes y apasionados,
acariciaría tu fina piel
hasta que mi pecho fuera tuyo,
tocaría tus mejillas para posar
mis palabras de suspiro,
navegaría por mares de tormenta
para rozar una palabra tuya,
sería prisionero de tu encanto
y guardián de tu pasión,
rozaría mi cuerpo con el tuyo
para secar tus lágrimas de amor.
Si me llamaras,
tú que no eres mi amor.