Son muchos los modos (y las modas) con que se aborda el fomento de la lectura cuando esta es curricular; muchas las experiencias que apuestan por alimentar el hábito lector mediante #lecturassinexámenes. Como ondas, la lectura se expande en los booktrailes, las tertulias dialógicas, los encuentros literarios intergeneracionales, las dramatizaciones, los recitales, los informativos literarios, las postales literarias, las recomendaciones radiofónicas, los homenajes, las rutas literarias... Basta con seguir los blogs de @tonisolano, @mjchorda, @nachogallardo, @diegolengualit, @evroes, @bloggeando, @trestizas, @hautzauten y otros docentes de lengua, para ver su compromiso con la lectura -de clásicos o novedades- en el aula. Este blog también se ha hecho eco de actividades en torno a la lectura, pero hoy no quiero hablar de propuestas curriculares sino de la experiencia de moderar un club de lectura en la biblioteca del centro.
Hay mucha literatura sobre cómo crear un club (véase más abajo), lo que me obliga a preguntar si sigue Bibliocata la ortodoxia de un club de lectura tal y como lo describen los expertos. La respuesta es sí, ya que:
- nos une el amor por los libros y el deseo de compartir nuestra opinión sobre las obras leídas. Somos un grupo de no más de 15 personas.
- nos reunimos con una cierta periodicidad. Este curso hemos celebrado seis tertulias. Abrimos y cerramos con dos obras de ciencia ficción (Fahrenheit 451 de Ray Bradbury y Solaris de Stanislaw Lem) y en el intermedio hemos leído a Laforet, Bolaño, Kafka y Orwell.
- disponemos de un lugar de reunión. La mayoría de las tertulias se han llevado a cabo en la biblioteca del centro, pero hemos cerrado el año lector con un encuentro en el altillo de una cafetería situada en un edificio con encanto.
- tenemos acceso a lotes de libros, gracias a la Biblioteca Comarcal de Blanes con la que gestionamos el préstamo interbibliotecario.
Mensaje de un integrante del club, alumno de 3º de ESO |
Desde que me confesaron el secreto (¡inimaginable!), me invitan a leer las obras de Clandestinos, su club, para el que han creado su propio ex libris. Bibliocata les ha unido. Eran amantes de la lectura sin saber que otros también lo eran. Han trabado una fuerte amistad en la que media la literatura en estado puro. Un padre me dijo agradecido que Bibliocata había conseguido que su hijo, lector voraz en la primaria, saliera del dique seco en el que había caído. ¿Hay mejor regalo?
Epílogo (necesario)
Procedencia de la imagen |
A finales de mayo asistí a un encuentro de bibliotecas escolares. José García Guerrero (@pepegarguerrero) dio la conferencia de apertura con el sugerente título El quehacer de las bibliotecas escolares. La utilidad de lo inútil, cuya segunda parte remite al enjundioso ensayo de Nuccio Ordine. García Guerrero explicó la situación en Andalucía y entonces advertí que, en materia de bibliotecas, había grandes diferencias entre su comunidad y la mía (y me entristecí). Baste el ejemplo de que en Cataluña no es prescriptivo que se den horas lectivas al responsable de la biblioteca (sí lo es en Andalucía). A pesar de que la normativa, establece que la Administración debe proveer a las bibliotecas de los recursos necesarios, en la práctica no es así. En Cataluña, todo lo relativo a la biblioteca escolar queda recogido bajo documentos que vienen encabezados por palabras como "directrices" u "orientaciones". Nada es de obligado cumplimiento para los equipos directivos, ni la carga lectiva, ni la dotación de fondos, lo que deja a muchas bibliotecas en situación de desamparo. Salvo la falta de prescripción, a mi parecer una laguna legal importante, es verdad que el Departament cuenta con un amplio programa de formación y en su deseo por hacer visible el trabajo que se está realizando en los centros, este curso ha incluido entre los perfiles profesionales el de "lectura y biblioteca escolar".
Pero conviene no olvidar que es gracias a la dedicación y al compromiso de muchos que existe una red de bibliotecas en marcha, con muchos docentes que trabajan con pocos recursos, que no echan cuentas de las horas que ello les supone, que se forman y que luchan por que la biblioteca sea un espacio de aprendizaje vivo y útil para los jóvenes.
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Publicado en Biblioteca Escolar Digital (CITA)
Qué envidia...y qué maravilla de práctica...Enhorabuena a esos lectores clandestinos...
ResponderEliminarQué envidia...y qué maravilla de práctica...Enhorabuena a esos lectores clandestinos...
ResponderEliminarMe parece una magnífica idea vuestro club de lectura. Debe ser una gozada disfrutar de la literatura y de la tertulia, no se necesita más. Es algo tan sencillo como reconfortante y gratificante. Me encantaría estar más cerca y participar en alguna de ellas. Siempre he pensado que la biblioteca es el alma de un IES y no solo lo creo por ser profe de lengua ;)
ResponderEliminarBlogge@ndo, sí es una maravilla poder hablar de libros con alumnos a los que nada se les resiste. La verdad es que ha sido un regalo.
ResponderEliminarMaría José, a mí también me gustaría estar cerca para poder compartir tus tertulias dialógicas. Eso sería otro regalo. En cuanto a la biblioteca, en mi instituto tenemos la suerte de estar en un lugar de paso y hay mucha actividad. Tenemos muchas visitas y además es preciosa. Otro tema son los recursos, como digo en el epílogo.
Por cierto, he corregido algunas erratillas ;-))
Enhorabuena por esa magnífica tertulia y por haber conseguido con tu entusiasmo que ellos creen su propio grupo clandestino (¡Me encantan la iniciativa y el nombre!)
ResponderEliminarEn mi centro, el IES Manuela Malasaña de Móstoles, tenemos un club de lectura con alumnos de todos los cursos. Es nuestro Consejo de Sabios (nombre escogido por ellos) y lleva varios años por el empuje de una compañera. Yo me he incorporado este curso y estoy encantado. Nos reunimos mensualmente en un recreo y los alumnos se proponen lecturas. Nosotros sugerimos una temática en cada reunión (cómic, amor, derechos humanos,...) y una lista de lecturas unidas a sus sugerencias.
Este año incluso hemos tenido dos encuentros con autor en el centro.
Es un gusto ver sus caras cuando hablan de esos libros que les encantan... eso compensa con creces tantas burocracias y estupideces que tiene esta profesión.
Enhorabuena por esa magnífica tertulia y por haber conseguido con tu entusiasmo que ellos creen su propio grupo clandestino (¡Me encantan la iniciativa y el nombre!)
ResponderEliminarEn mi centro, el IES Manuela Malasaña de Móstoles, tenemos un club de lectura con alumnos de todos los cursos. Es nuestro Consejo de Sabios (nombre escogido por ellos) y lleva varios años por el empuje de una compañera. Yo me he incorporado este curso y estoy encantado. Nos reunimos mensualmente en un recreo y los alumnos se proponen lecturas. Nosotros sugerimos una temática en cada reunión (cómic, amor, derechos humanos,...) y una lista de lecturas unidas a sus sugerencias.
Este año incluso hemos tenido dos encuentros con autor en el centro.
Es un gusto ver sus caras cuando hablan de esos libros que les encantan... eso compensa con creces tantas burocracias y estupideces que tiene esta profesión.
Hola Lu,
ResponderEliminarUn gran post que relata una experiencia preciosa. ¡Qué suerte tener experiencias así de memorables! ¡Qué suerte que las escribas y las compartas ! Y ¡qué suerte poder leerte para no dejar de aprender contigo!
Ahora solo falta un buen y merecido descanso de vacaciones. Disfrútalas.
Desde Gaicia compartimos ilusións lectoras e compartimos lecturas clandestinas. Felicidades. Outro club: http://ostrasnosdoslibros.blogspot.com.es/
ResponderEliminarJosé Manuel, Anxos, me siento cerca de vuestras experiencias. Gracias por descubrirme vuestros clubs.
ResponderEliminarMarian, es una experiencia que ha surgido después de un impulso. Tuve la determinación de lanzarme a crear el club, porque sabía que había lectores que lo agradecerían. Para mí ha sido un descubrimiento muy grato. Quizá estas experiencias solo funcionen al margen de directrices curriculares, sin aprietos burocráticos, ni exigencias de resultados :-).
Una gran iniciativa, sin duda, y ojalá hubiera más espacios para hablar de libros, dentro y fuera del currículum
ResponderEliminarEduideas, lamenté el cierre de tu blog, aunque no supe expresarlo. Me alegra mucho volver a sentir tu voz. Eres de las personas que figuran en el recuerdo de esa época en la que me inicié en A pie de aula. A veces, siento un poco de nostalgia, como ahora, al leerte.
ResponderEliminarMe parece estupendo! Hemos iniciado un club de lectores pero necesitamos retomar el tema y hacer cambios/aprender de otros para que el nuestro tome forma.
ResponderEliminarEsta experiencia que cuentas debería ser algo tan normal y cotidiano que da rabia que sea una excepción. En nuestra comunidad, las bibliotecas escolares, salvo excepciones, son cementerios de libros, especialmente en los institutos, donde casi nadie se quiere hacer cargo de dinamizar o dar vida a la lectura. Da rabia que se hayan prescrito legalmente los planes lectores y que no se haya dotado a los centros de recursos materiales y humanos para convertirlos en algo eficaz y, sobre todo, humano. Porque es precisamente el lado humano el que me da envidia en tu post, la cercanía del alumnado con los libros, con el acto de leer. Como dices, son horas extra que sólo se pagan con la satisfacción de escribir este post y dejar constancia de vuestro goce. Quizá la clave es esa, dejar que la lectura sea algo prohibido, clandestino (como en el articuento de Millás), para que sea apetecible. Tal vez sea ese el futuro de la literatura en nuestro sistema educativo, como alguna vez ha apuntado nuestro amigo Joselu. En cualquier caso, enhorabuena por el triunfo de leer.
ResponderEliminarHola Lourdes. Te sigo desde hace unos minutos y éste es el primer post que leo de tu blog. Y qué buena manera de estrenarme! Me ha encantado tu club de lectura, y que los alumnos hayan creado su grupo lector más allá del aula. Qué buena iniciativa. Me ha gustado tanto, que este curso que viene me parece que empezaré algo parecido. Ya te contaré. Un abrazote.
ResponderEliminarAnónimo, todos aprendemos de todos. Si compartes tu experiencia, me gustaría saberlo.
ResponderEliminarToni, debería ser algo normal que los alumnos leyeran, que intercambiaran libros, que leer fuera una parte substancial de su vida. También debería ser normal que los centros tuvieran clubs de lectura, espacios de lectura no curricular, libre, abierta, sin notas. Si todo eso fuera lo normal, ya no hubiera escrito la nota. Mientras tanto, aquí me tienes librando una batalla por hacer visible la biblioteca y la lectura.
Verónica, si te lanzas, te deseo mucha suerte. Es muy gratificante. Las tertulias son impagables, te lo aseguro.
De nuevo, felicidades por la iniciativa y mucho, mucho éxito para el curso que viene. Es una delicia leer que hay alumnos que, insatsfechos con los seis libros de lectura voluntaria propuestos, se lanzan a montar un Club de lectura clandestina... ¡Impagable!
ResponderEliminarGracias por la mención a @trestizas, Lu.
¡Feliz verano y felices lecturas!