Dice un refrán marinero que el que no embarca no se marea. Era el 14 de septiembre cuando di cuenta de mi anterior travesía y anunciaba mi nuevo mapa de ruta. Empezaba el curso con una flotilla de marineros de 2º de ESO, a los que no había tenido en 1º. Caso raro, pues siempre empiezo y acabo un ciclo. Sea como sea, elevamos velas con el objetivo de navegar por un mar de proyectos que, a pesar de vientos y mareas (¡son muy absentistas!), ha ido creciendo.
Y como navío parado no gana flete, hemos ido cargando de conocimiento, experiencias y emociones nuestra propia bodega. Animada por la iniciativa de #Dibújamelas, he intentado plasmar en una imagen los proyectos de este curso, algunos de los cuales ya reseñé en el blog después de que @Hautatzen lanzara el alegato contra los blogs durmientes.
Desde hace ya algún tiempo, decidí reunir todas las secuencias didácticas bajo una única etiqueta, así fue cómo nació nuestro particular alfabeto de proyectos. A los clásicos de Con L de Lenguas y Con la C de mi calle, Con la Q de Quijote, se han sumado Con la P de palabras y Con la R de refugiados.
En la base de los proyectos está la idea machadiana de pasar del yo al nosotros. Empezamos reflexionando sobre nuestro nombre, nuestra lengua y la de nuestros familiares (1). A continuación, valoramos el peso de las palabras en nuestras relaciones (2). Seguidamente, nos fijamos en nuestro entorno y, después de mirar con detalle nuestra calle y nuestro barrio (3), volvimos la mirada hacia el instituto y nuestros amigos (4). Aquí es donde introdujimos el tema del acoso, a partir de la Antología de relatos contra el acoso escolar, una secuencia que hace años que realizamos y de la que hablaré en otro momento, cuando esté el mar en calma y la brisa sople suave sobre mis papeles. Este curso, además, hemos tratado el tema de las relaciones de amistad a través de la tecnología (5). Más adelante ampliamos nuestra mirada hacia los otros, que este año han sido los refugiados y los protagonistas de una selección de textos de Eduardo Galeano (6).
Hace unos días, leí este tuit de @DavidPinclan, y pensé: No han sido 8, sino 6, pero digo yo que será lo mismo.
Al margen de los proyectos de aula, he tenido la suerte de participar en El olivo, y de ahí, como un juego de carambolas, me he atrevido con los #mapasvisuales, no sin cierto rubor.
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El curso que viene volveré a la mar, porque como reza el refrán: A la mar me voy, mis hechos dirán quién soy.
Algunos cuestionan todavía el papel de las TIC en educación, pero el regalo de poder asomarse a las aulas de magníficos profesionales y disfrutar de sus buenas prácticas es de por sí una mejora impagable. De este modo, podemos seguir tu singladura y aprender a pilotar nuestras naves. Navegar contigo cerca siempre es un placer. Gracias.
ResponderEliminarMe encantan tus proyectos de este año, Lu. Están cargados de aprendizaje lingüístico, como siempre, pero a su vez muy humano y lleno de significado. Como bien dice el refrán: "tus hechos dicen quién eres". Genial el relato de Galeano ;)
ResponderEliminarBuena iniciativa, siempre es bueno ver a personas con ideas y ganas de aprender y enseñar.
ResponderEliminarToni, como sabes, estoy en un IES de Vela en un pueblo costero, por lo que las metáforas marineras vienen al pelo para describir nuestra singladura. Ha sido un curso duro, porque he tenido un 2º con alumnos absentistas, desmotivados y algunos con una mochila emocional cargada de experiencias algo duras. Aun así hemos logrado cierta cohesión y cierta consciencia de que los trabajos por proyectos exigen un compromiso en el que no caben las ausencias injustificadas. Su valoración ha sido positiva y eso es lo que cuenta. Por el camino, se han quedado algunas rutas a medias, pero eso forma parte de los vaivenes de la vida. No todo llega a buen puerto.
ResponderEliminarMaría José, te sigo con mucho interés, porque compartimos nuestra fe en las tertulias literarias. También aprendo mucho de tus proyectos.
Blog de educación, gracias por la visita.