16 de noviembre de 2009

Literatura adulta vs. literatura juvenil


Lo que sigue es una reflexión que dormita en mis pensamientos desde hace tiempo y que rescato para compartirla, pues pesan sobre mí muchas dudas al respecto.
Es sabido que los docentes de Lengua y Literatura debemos actuar de guías de nuevos lectores. Llevo muchos años leyendo libros que por mí misma no elegiría, pero lo hago pensando en atraer al mundo de la ficción literaria a alguno de mis alumnos. La experiencia me dice que son minoría, pero el esfuerzo vale la pena.
Este curso tengo a una alumna nueva en 3º de ESO que es una lectora voraz. Desde que ha empezado el curso, se lee un libro por semana. A la necesidad de satisfacer este placer, se une el de comentar conmigo las historias. Sabe que lee y comprende bien, pero quiere más. Le gusta conocer mi opinión, aunque sea negativa. Disfruta argumentando qué escenas o pasajes la han conmovido o dejado indiferente. Me gusta ser su mentora.
Eligiendo títulos para ella, me leí Cielo abajo de Fernando Marías, y fue entonces cuando volví sobre mis pensamientos. Insisto en que puedo estar equivocada, pero creo que muchas obras que se venden bajo la etiqueta de literatura juvenil bien podrían catalogarse como literatura adulta. Mi sospecha es que muchos autores prefieren su publicación en este género, antes que dejar sus originales olvidados en un despacho editorial. Me pasó con Cielo abajo, pero anteriormente tuve esta misma sensación con Días de Reyes Magos de Emilio Pascual.
Es solo una conjetura. Parece como si las obras en las que el protagonista es un adolescente tienen un lugar asegurado en el canon de la literatura juvenil.
Así como la literatura adulta ha entrado en las listas de lecturas recomendadas para jóvenes (sobre todo en 2º Ciclo de ESO y bachillerato) de la mano de autores como Marsé, Millás, Cortázar y otros, el fenómeno inverso apenas si existe.
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30 comentarios:

  1. Es muy probable que sea como señalas, Lu. Quizá las razones que etiquetan una obra literaria sean más temáticas, sociales o puramente económicas, pero lo cierto es que muchas obras que pasan por literatura juvenil son perfectamente aptas para los adultos y a la inversa. Las editoriales deciden...
    Buena página http://docentes.leer.es.

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  2. Tienes razón en lo que dices. La prueba es que cada vez más, escritores reconocidos se pasan a la literatura juvenil.
    En esa línea, literatura protagonizada por un adolescente y que,por lo tanto, se etiqueta como juvenil, te recomiendo 'OK, señor Foster' de Eliacer Cansino (Editorial Edelvives).
    Un saludo.

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  3. Marcos, escribí la nota un poco apresurada y con muchas dudas (hay blogueros más sabios en esta materia). Ahora recuerdo que una de las obras que recomendaste tú "kafka y la muñeca viajera" también estaría en esa línea imprecisa entre literatura juvenil y adulta.

    Hortensia, tomo nota de tu sugerencia. Me espera un curso intensivo. Estoy tanteando el terreno para acercar a esta alumna a obras más complejas. Todas las recomendaciones son bienvenidas.

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  4. Es el caso de Dimas Mas, del que hablo en mi blog, que escribe literatura supuestamente juvenil, pero que es de alta densidad literaria. Creo que hay buenos libros de literatura juvenil, aunque hay que rastrearlos y ello lleva mucho tiempo, Dimas Mas tiene un magnífico título algo más que juvenil, aunque el protagonista es un joven, que se llama Del incierto encuentro entre don Giovanni y Turandot. Lo pueden leer avezados lectores juveniles y tambíen adultos. Creo que la verdadero literatura no tiene público restringido. Un buen título de literatura también puede ser leído por los jóvenes, por lo menos por algunos. Luego hay productos claramente restringidos a públicos juveniles que se caracterizan por su simplicidad, y que nos sirven para lectores poco expertos.

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  5. Joselu, no me convence en absoluto hablar de literatura juvenil y adulta, en realidad prefiero la distinción entre neolectores, lectores de nivel medio y avanzado. Hay lectores adultos que nunca superan un estado intermedio y lectores jóvenes que adquieren un nivel de lectura avanzado. La experiencia lectora estaría en este caso por encima de la edad. Esto, claro, teniendo en cuenta que el punto de partida es la adolescencia. En edades tempranas (infantil y primaria), el panorama es distinto.

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  6. Interesante reflexión. Tal vez la diferencia no tendría que estar tanto en el lenguaje utilizado, ni en la edad de los personajes, como en la necesaria experiencia o madurez vital para entender algunos temas. Y esto, que lo decida el mismo lector. Cuando de mí depende, no suelo hacer distinciones: el curso pasado a algún alumno le recomendé literatura “de adultos” y a los adultos les recomendé “El diario de Greg”. Que clasifiquen las editoriales. En su día el Quijote hubiera estado en las librerías en las baldas de libros de humor junto al de las “Frases célebres “ del Hormiguero

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  7. Soy Carlos. El anterior comentario es mío. Esta con el correo de Tres Tizas y se me ha colado...

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  8. Anónimo1:16 p. m.

    Por qué se censura tanto la literatura y a quién va dirigida y no se debate nada sobre lo que los jóvenes ven en televisión, las tonterías que escuchan, la falta de educación de los asistentes a tertulias que carecen de valor educativo. Todo transmite un mensaje,es cierto,pero por qué tanto miedo al libro y sin embargo somos tan poco críticos con otros canales que deberían ayudar a educar. Después de lo que se ve y se oye por la televisión creo que cualquier libro editado que sea considerado malo por la crítica es más digestivo y saludable que el contenido cultural al que a veces nos expone la caja tonta.¿Tanto poder tiene el libro para cambiarnos por dentro que hay que temerlo?. En mi opinión no debería haber distinción entre literatura juvenil y para adultos.¿Qué tal si abrimos las bibliotecas dejamos a los jóvenes entrar y les decimos coged y leed lo que queráis, el mundo es vuestro?.

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  9. Creo que hay mucho de cierto en lo que dices. Efectivamente, meter determinadas obras en el cajón de lo juvenil ayuda, por un lado, a dirigir a los jóvenes lectores hacia unos textos determinados; por otro, creo que, efectivamente habría obras que en esta jungla ditorial no encontrarían otro camino. No sé si es el caso de "Cielo abajo", novela que me gustó mucho, tanto como la de "Kafka y la muñeca viajera". Lo cierto es que yo intento ajustar la oferta de lecturas al tipo de alumnos. Hace dos cursos mi 1º de la ESO ya venía con todo Roalh Dahl leído del cole y se leyeron, entre otras, "La sombra del viento", "Diario de Ana Frank" y similares. Custión de madurez, no tanto de años.

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  10. Carlos, has abierto otro punto de reflexión. Históricamente la clasificación de los libros se ha ido modificando, lo que demuestra lo inestable que es cualquier parcelación.

    Anónimo, la televisión preocupa menos porque adormece las conciencias. La lectura, por el contrario, aviva el pensamiento y eso resulta más peligroso. Estoy contigo en que hay que abrir las bibliotecas sin poner cortapisas. A los 13 años, recuerdo haber leído libros que no entendía. Años más tarde, esas lecturas fueron tomando asiento en mi cabeza y comprendí la importancia de haber vivido la experiencia. Esto nunca hubiera ocurrido si no fue porque vivía al lado de una biblioteca pequeñita, que era propiedad de "La Caixa". Hoy ha desaparecido, pero aún hablamos de ella, los que pasamos tardes enteras, después del colegio.

    Carlota, qué afortunada eres. ¿Alumnos de 1º de ESO que se atreven con "La sombra del viento"? Vivimos realidades opuestas. ¡No saben/sabes la suerte que tienen/tienes!

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  11. Has sacado un tema del que no puedo desprenderme ni un minuto. Los límites entre literatura juvenil y literatura adulta son tan imprecisos como la propia frontera que abre paso a los territorios de la madurez lectora (una línea que, probablemente, muchos adultos todavía no hayan cruzado, pese a leer gruesos novelones). Tienes razón en cuanto a que hay novelas que se encasillan en este género adolescente más por la edad de sus protagonistas que por la calidad literaria; pienso en una gran novela como Carreteras secundarias de Ignacio Martínez de Pisón, que de publicarse hoy lo haría en estas colecciones juveniles. Incluso si tuviésemos que discutir acerca de los criterios de calidad literaria, para mí tienen más valor muchas novelas juveniles que esa literatura adulta tan preciada a veces (recomiendo revisar las reflexiones de Vicenç Pagès en un libro llamado De Robinson Crusoe a Peter Pan... que seguro conocéis). En cuanto a la labor del docente, creo que está subestimada, porque algunos no somos conscientes de cómo marcamos a los alumnos con nuestras recomendaciones/obligaciones lectoras, hasta tal punto de hacerlos amar u odiar la lectura/literatura para siempre: Me espantan las recomendaciones de algunos colegas, que no quisiera tener que sufrir ni siquiera como lector adulto.

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  12. Yo creo que debemos acercarles la literatura en general, si bien es cierto que se considera literatura juvenil al tipo de libros que hace Sierra i Fabra con temas cercanos y exclusivos de ellos.

    Personalmente a mis alumnos de 2º ESO están trabajando con cuentos de Quiroga, Etxebarría y Espido Freire.

    Te recomiendo Cordeluna para tu alumna, a mí me ha cautivado.

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  13. Los límites entre la literatura juvenil y la adulta están sobre todo en la madurez lectora.
    Hasta 2º de secundaria, literatura juvenil para todos. A partir de 3º, las lecturas ya dependen de la madurez del alumno o del grupo.
    Leyendo con mis alumnos literatura de colecciones juveniles he descubierto textos que podían ser para adultos: Por supuesto, Kafka y la muñeca viajera, pero también "Aire negro" o "Lo único que queda es el amor" de Fernández Paz.
    Por otro lado, la literatura inicialmente de adultos, entra en nuestras aulas, sobre todo en los clubes de lectura de Bachiller: Bradbury, Zafón, Donna Leon, Almudena Grandes,..

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  14. Antonio, me resistí a poner títulos por miedo a que el debate se centrara en las obras en sí mismas, pero admito que tienes razón. Aunque nunca me atrevería a enmendarle la plana a Vicenç Pagès por más que discrepe del canon que propone.

    Inés, "Cordeluna" lo tengo en lista. He descubierto a Elia Barceló a través de "21 relatos contra el acoso escolar", libro en el que colabora.

    Evaristo, nuestras listas coinciden. En "Lo único que queda es el amor" de Fernández Paz, algunas historias me parecen más cautivadoras que otras. Aunque no negaré que me encantaría que un cajero me dejara tarjetas escondidas los libros con versos de amor.

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  15. Entrada muy interesante y más aún los comentarios. Desde Galicia una lectura juvenil con la calidad suficiente para considerarse adulta: "Rinocerontes y quimeras" de Marcos S. Calveiro. Os la recomiendo.
    Fantástico blog!

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  16. Interesante la entrada y todas las intervenciones; en todo caso, me permito aclarar que el marbete literatura juvenil no es un género sino una especificación de lectura que ha respondido tradicionalmente a razones morales, comerciales y más raramente cognitivas, más o menos como sucede con las producciones audiovisuales o de cualquier otro sector de la industria cultural.
    Pero como el lector es libre y soberano, no suele hacer caso de tales especificaciones, me temo. Lo que sí podemos encontrar -en trabajos de alumnos, en conversaciones sobre libros e incluso en la propia experiencia- son lecturas y lectores más ingenuos, avezados, cultos, populistas, exquisitos, omnívoros...

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  17. Marmota, apunto tu recomendación junto a la de Hortensia y a la de Inés.

    Rubén, tienes razón en que "género" no es la palabra más indicada, pero he leído ensayos sobre literatura juvenil en los que se empleaba este término.
    Me gusta eso de que "el lector es libre y soberano".

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  18. Esther Suriñach9:38 p. m.

    Otro ejemplo, así, rápidamente (lite juvenil que es indicada para mayores): La chica de las naranjas de Jostein Gaarder.

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  19. Pues un tema en el que no podría callarme, pero probablemente durante tiempo. Prometo decir pocas tonterías. La primera cuestión es que la Literatura juvenil existe, pese a quien pese, existe taxonómicamente -como clasificación de observadores-, existe socialmente -como territorio de lectura tribal- y existe económicamente -como mercado; de hecho, probablemente el éxito de la literatura juvenil actual, único en la historia, es un triunfo de mercado-. Naturalmente no es cuchilla afilada, es una suave etiqueta. Los libros son como la ropa. Existe una ropa juvenil que quieren ponerse los jóvenes, existe una ropa juvenil que difunden las grandes marcas y otra ropa juvenil que querrían las madres y padres que se pusieran. Pues en los libros, lo mismo. Existen al menos tres definiciones que se cruzan de Literatura juvenil: sociológica, editorial y literaria. Estas son sendas formas de la clasificación de la ropa.
    Respecto a lo que comentas hay además una cuestión interesante en lectura y es que el juicio del lector nunca es absoluto, siempre es relativo, es contextual y en ese contexto se incluye la clasificación con que conoce el libro antes de leerlo. Esa clasificación influye en su opinión -y los editores no son tontos, conocen este fenómeno- de manera que puede ocurrir -puede- que consideremos una obra "mejor" que las expectativas que su clasificación nos hizo concebir. Dicho de otro modo: si el libro se publica en una colección juvenil puede causar una mejor impresión que si se publica directamente en una colección adulta. El mismo lector podría considerar peor la obra en el caso de que hubiera comenzado su lectura en el contexto de una obra adulta. Ello se debe a que en lectura, como en el comportamiento humano -la lectura es un comportamiento- influye muchísimo la predicción que el lector hace.
    Ocurre frecuentemente en las lecturas del profesorado que piensa lo bien que está redactado algo; pero claro, lo bien que está redactado para ser de una alumna de 3º o de un alumno de bachillerato, pero no en términos absolutos.
    Naturalmente, no es el único fenómeno que influye. Existen casos históricos de obras reinterpretadas dependiendo de los avatares culturales y sociales como Alicia en el país de las maravillas o Platero y yo.

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  20. Antonio, pura curiosidad: cuáles son esas recomendaciones de tus colegas que tanto te espantan?

    En un centro, por prescripción del departamento, se recomendaban clásicos de la literatura española. Problema: los alumnos actuales no se enteran de nada de la literatura medieval, desconocen tanto ese mundo que, incluso con versiones actualizadas, se pierden. El lazarillo algunos me lo leyeron como una novela de autoayuda del abominable Paulo Coelho, ¿Qué decir de Garcilaso o los poetas -es un decir- del XVIII. Un vídeo sobre la picaresca era "eso que nos pusiste del señor aquél raro que se disfrazaba y no se entendía nada...". Esto me plantea un dilema que lanzo: ¿Tiene algún sentido o futuro enseñar el canon (historicista y centrado en el hecho nacional heredado del XIX) en la sociedad moderna? Obviamente pienso en el alumno medio que desde luego no quiere ser filólogo ni nada parecido y se lo pasa bien con Crepúsculo o Memorias de Idhún como sus padres con el folletín policiaco de Larsson

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  21. Odradek: Más que de títulos concretos, habría que hablar de modos de leer. Cualquier lectura cabe en el aula si se dedica tiempo a ella y se aprovechan los recursos disponibles. Sin embargo, me parece una barbaridad, por ejemplo, mandar Platero y yo en 1º de ESO para leer en casa enterito; o Arroz y tartana en 4º, para hacer un trabajo de resumen, personajes, etc. Pienso que las lecturas autónomas tienen que responder al gusto de los alumnos y que los clásicos se han de ver en clase. Por supuesto, cada profesor puede desarrollar sus estrategias y no soy nadie para marcar lo bueno y lo malo al respecto.
    Un saludo y perdón por repetirme.

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  22. Sin entrar en más follones, te recomiendo la "Trilogía de Getafe" de Lorenzo Silva, la trilogía de "Viaje al fin del mundo" de Henning Mankell y otra trilogía de Mankell sobre la mujer africana ("El secreto del fuego", "La ira del fuego" y "Jugar con fuego"

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  23. Coincido contigo, Sol. La trilogía de Lorenzo Silva ha sido siempre un éxito entre los bachilleres a los que se la he recomendado. A mí, me encanta la sargento Virginia Chamorro.

    De Mankel, recomendé el año pasado "El secreto del fuego" a una alumna que es muy sensible a los problemas de la pobreza y el abandono. La historia es terrible. Este año ha llegado a la biblioteca de nuestro centro el libro "Vidas minadas". Al verlo, la misma alumna me dijo que detrás de cada imagen había otro "secreto".

    Gracias, Sol.

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  24. Yo creo que esa clasificación debería estar, y que le haga caso quien quiera. Me explico, para alguien que esté muy perdido en qué leer le puede servir de guía, para quien sepa perfectamente el tipo de libro que busca puede ignorarlo...

    Este año (1º bto.), como lecturas obligatorias para el primer trimestre, nos han puesto "Aranmanoth" de Ana Mª Matute, y "Cumbres borrascosas" de Emily Brontë. La primera apenas la trabajamos, pero la segunda las estamos trabajando a fondo, y tendremos que hacer un trabajo de investigación.
    Yo, que nunca he sido amante de la lectura, ahora empiezo a leer por mi cuenta. Creo que, en gran parte, depende de vosotros, los profesores, el que un alumno pueda desarrollar ese amor por la lectura. Vosotros que tanto habréis leído sois los que sabéis realmente cuáles son para adultos y cuáles para niños.

    Un beso

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  25. Bueno, lo de la clasificación es tan relativo... Ayer mismo vi en una librería "El secreto del fuego" entre las novelas policíacas. Debe de ser que como es de Mankell, no puede ir en otro sitio...

    Gracias por las gracias, Lu

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  26. Para qué extenderme cuando otros compañeros ya han hablado del tema con tanta lucidez. Me quedo con la reflexión que propones y con un comentario sobre que habría que hablar de la madurez lectora, que habría que fomentar para que, una vez dado el paso a la afición por los libros, luego dieran otro en pos de la afición por obras literarias de mayor calado que los simples best-sellers.

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  27. Gracias, Antonio, por tus consejos. Mi política al respecto en niveles bajos de ESO es proponer una larga lista de lecturas "oficiales" dejando una de las 6 obligatorias como negociable. Creo que la diferencia entre el gusto y el criterio empieza a desarrollarse más tarde y les motiva sentirse responsables y hasta cierto punto de vista autónomos. El resultado suele ser bastante satisfactorio porque la motivación es adecuada.

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  28. Sigo con mucho interés este y otros blogs sobre el tema, aunque pocas veces escribo. Pero un tema como el de la literatura juvenil no podia dejarlo pasar por alto dado que le dedico buena parte de mi tiempo.
    Tal vez este artículo pueda añadir argumentos para la discusión:
    http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12705075625626051987435/index.htm

    Por otra parte, estoy adaptando la investigación que hicimos con Fundalectura http://www.fundalectura.org/sccs/seccion.php?id_categoria=13 para editorial Trea y este post y otros similares me hacen entender la necesidad de trabajar mucho más sobre qué criterios se utilizan para la selección de libros de lectura, sobre todo en la educación secundaria. La verdad que es un tema difícil.
    Un abrazo y gracias a todos los que escribís y nos llenais de ideas y de nuevos interrogantes.

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  29. Gemma, llevo un ratito leyendo el artículo que enlazas. La profundidad con la que tratas el tema es indiscutible. Es una gran aportación a este debate.
    Ya sea desde la casuística o desde la experiencia, seguiremos reflexionando sobre las desdibujadas fronteras entre literatura adulta y juveni.

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  30. Anónimo6:25 a. m.

    Lo más importante es que la gente lea no importa si son jóvenes o no. lo increíble es contagiar desde nuestra trinchera el gusto por la lectura y ya el hábito lector hará distinciones sobre la marcha de que es juvenil y que no.

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