Hace unos días que aparece en la contraportada de El País este anuncio.
Quizá peco de osada, pero me ha inspirado el juego de las diferencias como reconocimiento a los profesores de lengua que batallan a diario por un escuela creativa, participativa... Encuéntralas.
No es contrapublicidad (¿o sí?).
Para ver las imágenes en su tamaño original, basta con pinchar sobre las mismas.
Las escuelas de escritores son una moda que crea "monstruos". ¿"Máster en escritura creativa"? Insólito negocio.
ResponderEliminarSergio
Creo que estos cursos son muy habituales en Estados Unidos y que por ellos han pasado buenos escritores. En cualquier caso, el anuncio es tendencioso, porque a la vista está que en la escuela se fomenta, y mucho, la creatividad. ¿Qué tal si pusiésemos: "Taller de escritura creativa: danos tu dinero y te inyectamos imaginación"?
ResponderEliminarMe gusta estar en el cartel, gracias, Lu.
ResponderEliminarCuriosamente, estoy haciendo un taller de escritura (que no un pomposo master) en la biblioteca pública y sí me parece una actividad interesante. Anima a escribir, pone en contacto gente interesada en la escritura, se someten los textos a la mirada crítica de un experto con el que no se tiene una relación. Yo lo estoy pasando muy bien.
Ahora que muestras tu satisfacción por estar en la lita, Elisa, me ha surgido el temor de haberme dejado algún blog. Si es así, pido disculpas. Los que están representan también a los ausentes.
ResponderEliminarQue nadie se sienta excluido.
Un saludo Sergio, tú siempre tan crítico.
¡Qué bonito ejercicio de creatividad el tuyo! Es un placer leer que la creatividad tiene cabida en la escuela... la imaginación es como un músculo que hay que trabajar a diario. La recompensa de tal entrenamiento es infinita y para toda la vida.
ResponderEliminarMe he sentido emocionado por la mención. Es cierto, la escuela y nosotros, si las circunstancias lo permiten, somos potenciadores de la creatividad y de la curiosidad. Nada hay tan hermoso que poder contagiar a los alumnos el placer de crear partiendo de su propia experiencia. Si tuviera tiempo, me gustaría, como Elisa, hacer algún tipo de taller de escritura creativa por las razones que ella explica.
ResponderEliminar¡Qué emoción encontrarnos en esa lista! ¡Qué bonito montaje! De acuerdo con que sí se trabaja la creatividad en la escuela. Hay muchas buenas práctica, mucha profeionalidad, muchas buenas ideas, mucho esfuerzo...pero ¿me podéis explicar por qué vende tanto Santillana? Es algo que, personalmente, me desepera.
ResponderEliminarBlogge@ando se pregunta por qué se venden tantos libros de texto.
ResponderEliminarHay muchas e interesadas razones.
Ahora las editoriales regalan portátiles, pizarras digitales, colecciones de libros...
Venden porque nos compran de alguna manera y porque si los centros tuvieran buenas dotaciones, podríamos prescindir de ellos. Pero no es así.
Los "tiqueros" de mi centro estamos que nos va a dar algo. No hemos tenido conexión estable ningún día desde que empezó el curso y, para colmo de desastres, esta noche han entrado a robar la única aula informática que teníamos en condiciones.
Ante este panorama, ¿qué hacer? El libro de texto es una tabla de salvación.
Patxo, este ejercicio lo he hecho de modelo para una actividad que pienso proponer a mis alumnos, en breve.
ResponderEliminarNo sé si dará buenos resultados, pero por lo menos fomentaremos la mirada crítica de los anuncios con texto (dato imprescindible) y daremos nuevas versiones. Mi idea es "limpiar" de los anuncios el mensaje consumista y darle un sentido ético-moral. Veremos qué sale.
Creamos porque creemos. Enseñemos a creer que pueden crear... y creerán y crearán (buf, vaya trabalenguas que me ha salido). Muy buenos los cambios de “lectura irrespetuosa” y “curso basura”, ja.
ResponderEliminarLu, me encanta el montaje y, por supuesto, encontrarme en la lista: muchísimas gracias.
ResponderEliminarGracias también por la mención, Lu. Magnífica contrapublicidad -¿o no?-, pero hay que reconocerlo: la escritura creativa no es la práctica habitual en la escuela; sin embargo, conocemos algunas y buenas excepciones. Tú eres una de ellas. Modificar los mensajes consumistas por otros éticos en los mensajes publicitarios es un buenísimo ejercicio.¡Feliz creación!
ResponderEliminarQuizás insinúa que en la escuela ya no se aprende nada, que triste...
ResponderEliminarAnónimo, te refieres al anuncio, supongo.
ResponderEliminarPues sí, me temo que el anuncio insinúa que se enseña a caligrafiar, pero no a escribir de forma creativa.
La insinuación es tristísima. Aunque, como dice Marcos, abundan las prácticas poco imaginativas en las escuelas.
No debiera ser así. No debemos que sea así.
Creer en crear, como dice Carlos Nicomedes
Los talleres de escritura creativa y las escuelas de letras todavía no han llegado a esa fase de evolución que permite separar el grano de la paja. Los hay buenos, medianos, manifiestamente mejorables y decididamente letales. Y nada digamos de sus profesores, auténticos maestros unos y otros unos caraduras cercanos al analfabetismo otros. Es imposible generalizar, desde luego, pero puedo dar un testimonio de algo cercano. Estos días he tenido delante unos centenares de originales presentados a un premio de relatos; muchos de ellos vienen de la otra orilla, de países donde pisas una baldosa y salta un psicoanalista o un maestro de taller literario. Pues bien, una gran porción incurre en vicios aprendidos y aplica fórmulas narrativas estereotipadas que de tanto repetrise acaban produciendo hastío. Muchos escolares de Secundaria lo harían bastante mejor y con mayor frescura. Qué os voy a contar que no sepáis.
ResponderEliminarUn saludo