Gracias a la generosidad de Cristina Fernández (@lamarshiposa), nos hemos acercado a la poesía desde el gesto, la luz y el sonido, a lo largo de un taller de tres sesiones, tres experiencias sensoriales, cuyo eje transversal gira en torno al movimiento. Aunque ha sido una apuesta arriesgada, que hemos llevado a cabo con un grupo de doce alumnos con NEE (Necesidades Educativas Especiales), vale decir que no ha sido una actividad dejada a la improvisación, sino que Cristina planificó muy bien las tareas y juntas consensuamos algunos detalles. ¡Qué fácil ha sido compenetrarnos! ¡Y qué buena respuesta hemos obtenido! El tono exclamativo revela mi entusiasmo por la experiencia, y también el de los chicos, que siguen preguntado si volverá Cristina.
Este taller se gestó en otro que Cristina dio en la Biblioteca Comarcal de Blanes y al que me apunté atraída por la curiosidad y en el que aprendí muchísimo. El resultado de aquella experiencia y sus investigaciones pueden leer se en un artículo publicado por la Universidad de Cambridge.
Acabo estos preliminares necesarios para entrar en materia y contaros brevemente en qué ha consistido el taller. Entre lo contado y lo vivido hay una distancia que he querido acortar con las palabras, aunque no sé si lo habré conseguido.
SESIÓN 1: POESÍA Y MOVIMIENTO
DECONSTRUCCIÓN DE UN POEMA. En la primera sesión deconstruimos un poema, cuyas palabras estaban escritas de forma aleatoria en las distintas caras de doce cubos. Los alumnos cogían, por turnos, un cubo y debían ordenar las cajas de manera que el resultado fuera un poema con sentido. En esta actividad, dinámica en su naturaleza, los alumnos ponen en marcha los mecanismos de construcción de frases (coherencia y cohesión) de manera colectiva. Es un juego en el que practican la combinatoria de las piezas lingüísticas en la formación de enunciados con sentido (actualización, concordancia...). También es una práctica en la que adquieren la noción de verso y la libertad que ejerce el poeta a la hora de encajar verso y oración. La división es una cuestión melódica muchas veces y aparentemente arbitraria, pero no es baladí reparar en la relación en la puntuación del verso cuando se lee poesía. Si el poema tiene rima, advierten que esta es el límite del verso, que marca la obligatoriedad de iniciar uno nuevo.
PALABRAS CON EL CUERPO. Otra actividad consistió en experimentar cómo la palabra convertida en gesto puede transformase, desfigurarse, desdibujarse... y dar lugar a otro signo nuevo, reinventado, original, creativo, al que podemos asignarle simbólicamente un sentido. Es una actividad que permite reflexionar sobre la importancia del signo y su significado, pero también sobre la fiabilidad de la transformación de la información. Y, sensorialmente, permite captar la forma de las letras (curvas, angulosas...). Los alumnos se colocan en fila. El último tiene una letra, sílaba o palabra extraída de un poema que dibuja en la espalda de su compañero. Esta operación la repiten los otros, hasta que el primero debe plasmar en un papel lo que ha interpretado que su compañero le ha dibujado en la espalda. La palabra viaja a través del trazo, y el cuerpo se convierte en el soporte de la traducción, si bien la mente procesa a su manera el recorrido del dedo que se apresta a dibujar la palabra. El resultado es sorprendente. Cuando los alumnos comparan el original y la "traducción" se esfuerzan en dar sentido a los cambios e incluso a hallar el parecido entre el significante y el significado, como ocurrió con la palabra "viento".
SESIÓN 2: POESÍA Y LUZ
PALABRAS DE LUZ
En esta sesión, la palabra se hizo materia lumínica, por efecto de la técnica del light writing (una modalidad del light painting). Una cámara, anillos de luz, oscuridad y poesía. Esta es la combinación sobre la que trabajamos la escritura colectiva de versos. Y descubrimos la importancia de la dirección del trazo y de la sincronía. Una alumna que faltó a esta sesión preguntó en qué había consistido y un compañero le respondió con estas palabras: escribimos versos en el aire que la luz hizo desaparecer. Y así fue, dimos textura a las palabras, en un ambiente de silencio y oscuridad. La poesía adquirió el volumen y el color que supimos darle. Se impuso por momentos, aunque constatamos su carácter efímero. Te amaba más fue el verso elegido, extraído de un poema de Ernesto Cardenal "Al perderte yo a ti...".
SESIÓN 3: POESÍA Y SONIDO
De la materialización lumínica a la sonora. Para la última sesión, Cristina vino equipada con un "vox looping pedal". Este instrumento permite grabar y superponer efectos a la voz. Enseñó a varios alumnos a manejarlo, mientras los demás se iban pasando el micro para leer fragmentos de un poema. Ellos mismos descartaban o elegían el efecto que mejor encajaba con las palabras del poema. De forma natural estaban midiendo la importancia de los registros vocales en el recitado. Hicimos varias probatinas, pero la sorpresa nos la dio Sofía, una alumna de carácter discreto, muy vergonzosa, pero a la que le gusta mucho cantar. Sofía y yo salimos del aula, donde ella improvisó una adaptación cantada del poema. En varios minutos había dado con el tono. Volvimos al aula y pedimos silencio para que pudiera interpretarla. Su versión a capella nos dejó sin palabras. Fue la prueba que necesitábamos para convencerlos de que, en poesía, la voz se alía con la palabra para construir el significado del poema. Os invito a escucharla.
De la materialización lumínica a la sonora. Para la última sesión, Cristina vino equipada con un "vox looping pedal". Este instrumento permite grabar y superponer efectos a la voz. Enseñó a varios alumnos a manejarlo, mientras los demás se iban pasando el micro para leer fragmentos de un poema. Ellos mismos descartaban o elegían el efecto que mejor encajaba con las palabras del poema. De forma natural estaban midiendo la importancia de los registros vocales en el recitado. Hicimos varias probatinas, pero la sorpresa nos la dio Sofía, una alumna de carácter discreto, muy vergonzosa, pero a la que le gusta mucho cantar. Sofía y yo salimos del aula, donde ella improvisó una adaptación cantada del poema. En varios minutos había dado con el tono. Volvimos al aula y pedimos silencio para que pudiera interpretarla. Su versión a capella nos dejó sin palabras. Fue la prueba que necesitábamos para convencerlos de que, en poesía, la voz se alía con la palabra para construir el significado del poema. Os invito a escucharla.
Fueron tres sesiones en las que vivimos otras formas de acercarnos a la poesía que necesitan de alguien como Cristina para llevarlas a la práctica. Con mi agradecimiento, acabo esta nota que tanto esperaba Cristina y que sé que leerá.
...........................................
Qué ideas tan buenísimas...parece tan emocionante y tan vívido...sentir así la poesía es magnífico...
ResponderEliminarCiertamente, ha sido una experiencia muy interesante, otra manera de abordar la lectura de poemas. Ha sido un aprendizaje para todos.
ResponderEliminarEscribí un comentario hace semanas, pero parece que se lo tragó la tierra. Repetimos...
ResponderEliminarSimplemente te decía en aquel comentario que muchas felicidades por la experiencia, enhorabuena a ti y a tus alumnos por realizarla y compartirla con todos nosotros y gracias especialmente a Cristina por sugerir tan buenas y atractivas ideas.
Ahora toca descansar y disfrutar del verano. Así sea... ¡Hasta la vuelta!
La poseía un algo maravilloso, poder expresarte, poder darle vida a las palabras en un poema. Es muy interesante lo que hicieron.... Saludos.
ResponderEliminar