22 de enero de 2017

De tertulia con... las tías, la vecina y la madre




Esta semana hemos tenido la suerte de celebrar una tertulia con madres. Es una actividad que vengo realizando desde hace años y siempre ha sido muy satisfactoria (ver 2007 y 2012). 

Este curso no sabía si iba a proponerla. Tenía mis miedos, porque los alumnos de 2º de ESO que me asignaron tienen todos un PI (Plan Individualizado) y son neolectores. Por suerte no son absentistas, y sí muy moviditos. Mi primer reto ha sido calmar sus prontos (su genio, sus idas y venidas por el aula, sus impulsos) y cohesionar al grupo, convencerlos de que sumando esfuerzos (y sobre todo ayudándose) pueden lograr sus propósitos. No me han defraudado. Aunque ha habido momentos de tensión, también han tenido muchas muestras de afecto. Hemos trabajado en varios miniproyectos, que ya son un clásico (la lengua y yo, las lenguas del instituto) y en otros de reciente creación (las legumbres, dibujando charlas...) y próximamente, dadas las circunstancias, empezaremos con #refugiados. Hasta ahora, su respuesta ha sido siempre positiva. 

Al volver de vacaciones, les hablé de la posibilidad de implicar a las familias en la lectura de la antología de cuentos que estábamos leyendo, La bruja de abril de Ray Bradbury. Preparé una carta de invitación y la respuesta fue inmediata. ¡Iban a venir...! ¡Y vinieron las tías de una alumna y la madre de otro. La abuela y la madre de un alumno que habían confirmado su asistencia finalmente no pudieron acudir por un contratiempo familiar, pero como se leyeron el libro con la vecina, esta fue quien nos visitó. Un alumno me dijo que su abuela no podría venir, pero que tampoco sabía leer, por ello grabé el audio para que pudiera escuchar el cuento que más le gustó a su nieto. Y el tío de otro alumno también tuvo el interés de escuchar el audiocuento "La sabana". De hecho, este relato fue el que centró el interés de la conversación, en la que salieron a la luz temas de mucho interés: la influencia de la tecnología en nuestras vidas, la educación de los padres, el afecto, la violencia...

A pesar de que la gripe impidió que estuvieran todos (faltaron 3), el resto ya se ha encargado de contarles la experiencia y no se cansan de preguntarme cuándo podrán venir sus madres. Al día siguiente, hicimos la valoración. Improvisé el perfil de un libro en la pizarra y ellos fueron escribiendo mensajes en post-it de colores. Por fin, hemos roto los muros del aula, como dice uno de los mensajes. Un edusueño más. 



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9 comentarios:

  1. Abrir los muros, las ventanas, leer a Bradbury, traer a las familias (¡de Secundaria!) al aula a compartir una lectura,... eso es fomento de la lectura.
    Presencia masculina inexistente. (En el club de lectura de adultos que coordino en mi centro somos 4 de 20).
    Enhorabuena, una vez más.

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  2. Evaristo, por suerte, no siempre se cumplen las estadísticas. En el club de lectura de los jóvenes (Bibliocata), hay más chicos que chicas ;-)
    En el caso de esta tertulia, la presencia masculina estaba prevista, pero el alumno que iba a venir con su tío cayó enfermo. Es una lástima, porque hubiera sido el contrapunto. El horario escolar también es un obstáculo, porque a esa hora muchos trabajan.

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  3. Otra experiencia emocionante y memorable...cómo habrá mejorado la autoestima de todos , alumnos y familias, al participar en esta actividad...Felicidades...

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    1. Ciertamente han ganado confianza en sí mismos. Lo mejor es que se han ofrecido a participar en actividades venideras. Fue una tertulia llena de afecto y confianza.

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  4. Otra experiencia emocionante y memorable...cómo habrá mejorado la autoestima de todos , alumnos y familias, al participar en esta actividad...Felicidades...

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  5. Sabes que soy fan de las Tertulias, para mí es una de las experiencias que mejor define lo que entiendo por educar. Enhorabuena por conseguir atraer a las familias, una experiencia impagable sin duda. A ver si las Tertulias que llevamos entre manos también fructifican ;)

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    1. Sabes que la pasión por las tertulias es compartida. Espero que las vuestras sean fructíferas como deseas.

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  6. Me encanta ver esa pasión por la lectura contagiada no solo a los chavales, sino también a las familias. Soy consciente de que involucrar a padres, tías y vecinas es tan difícil como necesario: es cada día más inviable educar en la soledad del aula, en la soledad de los claustros. Iniciativas como la que cuentas son el modelo que hemos de seguir, para fomentar la lectura y para fomentar la convivencia o el desarrollo académico. Gracias por compartirla una vez más.

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    1. Toni, es de las experiencias que estimo más en mi carrera docente. Hablar de libros con naturalidad, tanto con los alumnos como con personas con las que están unidos afectivamente es una experiencia impagable. Las tías dieron en el clavo en muchos de los comentarios y la vecina resultó ser "como una abuela" para el alumno. De la madre, ni te cuento. El afecto entre ellos era palpable. La foto habla por sí misma de la felicidad que nos invadió.
      Yo repito, te lo aseguro.

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