Nota septembrina

Hoy ha empezado todo. Hoy he acudido a la "ceremonia del besamanos" (como dice una compañera) del primer día de curso. Caras conocidas, caras irreconocibles, caras nuevas y caras ausentes. Hoy ha sido un día marcado por el reencuentro, las presentaciones y las ausencias. Todo un ritual en el que he participado con alegría, a pesar de los nubarrones que amenazan con empañar mi horizonte vital. Aquí estoy de vuelta con la ilusión de seguir a pie de aula con empeño, entusiasmo, ideas, ilusiones... con mis más de 130 alumnos, entre terceros y bachillerato; pero con la incerteza de no saber "adónde mis pasos me llevarán" en la esfera de lo virtual.

Unas veces, siento necesidad de volver al blog; otras, me resulta pesaroso tener que actualizarlo. Y no negaré que después de guardar silencio tanto tiempo me asalta el miedo escénico. Cuando todo me va viento en popa, moverme por los mundos eduvirtuales (blogs, wikis, microblogs, redes...) me resulta de lo más estimulante. Cuando tengo que reducir los tiempos de conexión para atender otros asuntos, la virtualidad se convierte en una carrera de obstáculos difícil de seguir. Entonces, padezco el síndrome del corredor rezagado que saca todas sus fuerzas para no abandonar, aun sabiendo... (me cuesta decirlo).