"No es fácil habitar en un lugar donde ni siquiera a los niños se les permite vivir en paz"
Luis G. Matilla
Salim y Ariel son los personajes de Manzanas Rojas, una obra de teatro en la que dos amigos (uno israelí y el otro palestino) "se esfuerzan por demostrar que la amistad entre gentes de diferente color, raza o religión, todavía es posible", como reza en la contraportada.
Elegí esta obra para leer con mis alumnos de 2º de ESO con la intención de abrir un debate sobre un tema por el que siento mucho interés: las ciudades divididas (vídeo). Les quería hablar del muro de Israel, pero también de la valla de Melilla. Cuando programé la actividad no podía sospechar que se desatara la guerra en Gaza; aunque, lamentablemente, sabía que los asaltos a la valla de Melilla seguirían siendo noticia.
El próximo día de clase iniciaremos la lectura y, en sesiones posteriores, el debate. Mis alumnos algo sabrán de lo ocurrido, pero seguro que habrán convivido estos días con las noticias sin pararse a reflexionar. Los excesos navideños son un buen antídoto contra las adversidades.
Pensando cómo abordar el asunto, he llegado a esta galería de imágenes (vía Las letras y las cosas). El horror habla por sí mismo, a pesar de que el lenguaje de los pies de foto se disfrace de eufemismos (poéticos, algunos -"Ocaso de la paz", "Atardecer bélico"). Duele decir "niños asesinados" por ello se recurre a "Cuerpos sin vida de niños en el hospital de Shifa en Gaza". "Guerra" o "batalla" son téminos demasiado explícitos, por ello se edulcoran engañosamente con expresiones como "operación militar" u "operación terrestre". "Fuerzas de defensa isaraelíes" (¿no deberían decirse "fuerzas atacantes?") protagonizan la "peor matanza en la zona en 40 años" (¿Por qué tanta resistencia a hablar de "genocidio"?).
Yo no me voy a andar con ricuras léxicas, voy a decir las cosas por su nombre aun sabiendo el riesgo que esto conlleva. Y la primera pregunta que voy a hacerles es qué diferencia hay entre el chico de la imagen y cualesquiera de ellos, que también lucen la kefia o pañuelo palestino porque está de moda.
(Advertencia: Hay una vacilación en la escritura de la palabra "kefia", unas veces aparece con acento en la "i" y otras, sin. Ni el DRAE, ni el DPD recogen el término.)
¡Muchas gracias! He leído la obra esta Navidad (la conocí a través del blog de Antonio Solano, que también hacía referencia a éste... ¡qué tela de araña!) y creo que la voy a proponer a mis peques de 1º. Gracias por todo el material y por ordenarme la reflexión... ¡Ya tengo medio camino hecho! Espero algún día también servir de ayuda.
ResponderEliminarSaludos y feliz año.
He visto el vídeo de "Ciudades divididas", también los telediarios de estos días; encima, tengo la mala suerte de acumular cientos de imágenes desoladoras en la memoria, una memoria de la que cedería con gusto un 20% a esos que gobiernan el mundo con tan poca vergüenza como memoria. Estoy cabreado sobre todo por los niños (como Salim y Ariel, pero de verdad), porque el día de mañana, si sobreviven, albergarán el odio de los terroristas, un odio que entre todos estamos haciendo crecer en ellos.
ResponderEliminarQuería también felicitarte por esa estupenda actividad que propones y en la que estuve invitado a participar. Un saludo y ojalá estas historias se acaben algún día.
He leído estas vacaciones la obra de Matilla por tu mediación y, desgraciadamente, está de máxima actualidad. Las fotos que recoges con niños como Salim y Ariel, muertos, son espeluznantes... Es difícil mantener la objetividad en este asunto, pero en clase hay que explicar la verdad israelí y la verdad palestina y que los alumnos decidan. Pero, sin ninguna duda, es el momento, Lu, desgraciadamente...
ResponderEliminarNo conozco la obra pero según los comentarios y las referencias parece muy adecuada para el trabajo con alumnos y alumnas. Es una obra de teatro lo cual es interesante para proponer lecturas de género diferentes.La leeremos para in cluirla en el wiki de lecturas.
ResponderEliminarEn cuanto al otro tema de fondo, sin palabras.Las imágenes son impactantes y coincido contigo en que hay una abundancia de eufemismos al titularlas. Las mismas imágenes, a veces, no se sabe si coloaboran para hacernos más real el horror o lo alejan convirtiendo la realidad en un espectáculo visual. Nos estamos acostumbrando a ver imágenes terribles. ¿Acabaremos insensibilizados ante la profusión de las mismas? Cuánto dolor...
Después de leerte, mi arabismo ha tirado de mí y me ha hecho recordar una novela de Sáhar Jalifa titulada Cactus donde se habla de la vida en palestina, de sus luces y sus sombras, y que recomiendo. En cualquier es un tema espinoso cargado de intereses políticos por ambas partes, cuyas consecuencias pagan los de siempre. Es un vergüenza para unos y para otros.
ResponderEliminarPD: En la red hay una recopilación de poemas y fragmentos de textos de autores palestinos que aborda diferentes puntos de vista sobre el tema. Se llama relatos y poemas palestinos.
Y la familia una casa.
ResponderEliminarLa casa tiene dos ventanas y una puerta...
En el mar, un acorazado se divierte cazando a los que caminan
Por la playa: cuatro, cinco, siete
Caen sobre la arena. La niña se salva por poco,
Gracias a una mano de niebla,
Una mano no divina que la ayuda. Grita: ¡Padre!
¡Padre! Levántate, regresemos: el mar no es como nosotros.
El padre, amortajado sobre su sombra, a merced de lo invisible,
No responde.
Sangre en las palmeras, sangre en las nubes.
La lleva en volandas la voz más alta y más lejana de
La playa. Grita en la noche desierta.
No hay eco en el eco.
Convierte el grito eterno en noticia
Rápida que deja de ser noticia cuando
Los aviones regresan para bombardear una casa
Con dos ventanas y una puerta.
Mahmud Darwish, poeta palestino, que cabría incluir también en nuestras antologías.
Jueves, me alegro de que podamos compartir materiales y de formar parte de esta "tela de araña" en la que estamos atrapados.
ResponderEliminarAntonio, tu cabreo es el de todos. Cuántos Salim y Ariel estarán ahora haciéndose muchas preguntas sobre la actitud de sus mayores. ¿Quién tiene respuestas para tanto odio? ¿Para tanta injusticia?
Marcos, es cierto que hay que hablar del conflicto desde todos los ángulos (hasta mí llegan los eufemismos). Lo intentaré.
Blogge@ando, tú lo has dicho: ¡Cuánto dolor!
Isabel, gracias por las referencias a los textos y a la web.
ResponderEliminarJoselu, te diría lo que siempre pensé decir a aquellos maestros que me abrían sendas literarias en las que explorar: caminemos juntos.
Voy a copiar el poema en un folio, a fotocopiarlo en grande (A3) y a pegarlo en la pizarra. Va a ser un comienzo de curso sin mis palabras, pero mucho más elocuente.
Gracias
Voy a buscar esa obra para conocerla. Es verdad que nos hace falta reflexionar.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lu, por compartir esta estupenda unidad didáctica con nosotros.
ResponderEliminarYa me habían chivado que traías a Matilla a Blanes, ... tú lo haces todo a lo grande!!
El documental Promises ha sido un descubrimiento de esta navidad, ¡a pesar de que tiene ya casi 10 años!
Hola guapa:
ResponderEliminarEl viernes es el día que dedico a leer con mis alumnos/as y este viernes toca leer la recopilación de noticias que he ido recogiendo sobre este conflicto histórico y social que tanto me/nos preocupa. Como me fío cien por cien de tu buen criterio, leeré la obra que comentas y me plantearé su lectura con mis alumnos de segundo.Ya te contaré cómo resulta.
Un beso y un montón de ánimo para superar el día a día.