El Día del libro ha ocupado páginas y páginas en la prensa y en los blogs. Todo son elogios de autores y recomendaciones y estadísticas editoriales, pero... ¿es el Día del Libro una fiesta para todos?
Todos los años, vivo la jornada con tristeza. En mi localidad, más de 40.000 habitantes y una ocupación urbanística del 90% de los terrenos del municipio, las librerías escasean. Además del desorden que impera en ellas, el sistema de encargo es kafkiano.
Después de una sosegada mañana de actividades culturales en el instituto, entre las que incluimos un pase de película, una función teatral de un grupo profesional y un taller de lectura de cómics (a elegir, entre otras), me dispuse a pasear por los puestos de libros. Bestsellers por aquí, bestsellers por allá. En uno de ellos, pregunté por algunos de los títulos que llevaba en mi lista de Sant Jordi (obras de autores como Bolaño, Montero Glez o Benedetti). Nada. Ni uno. Pensé que encontraría El animal moribundo, de Philip Roth, novedad tras la adaptación cinematográfica de Isabel Coixet. Tampoco. Me fui a casa con Mil cretinos de Quim Monzó y alguna que otra novela de aventuras para mis hijos.
Antes del cierre de las tiendas, llamé por teléfono a la única librería que hay en la localidad vecina a la mía. Hace escasamente 8 minutos, el tiempo que he tardado en escribir este post, he recibido un mensaje al móvil informándome de que mi pedido está listo.
Así que pongo punto final a mi desvarío y me voy a recoger los libros que deseé comprar en su día.
Hoy es mi Otro Día del Libro.
(La imagen es un dibujo hecho ex profeso por uno de los dibujantes del Salón del Cómic de BCN, miembro del colectivo Gato Negro.)
Todos los años, vivo la jornada con tristeza. En mi localidad, más de 40.000 habitantes y una ocupación urbanística del 90% de los terrenos del municipio, las librerías escasean. Además del desorden que impera en ellas, el sistema de encargo es kafkiano.
Después de una sosegada mañana de actividades culturales en el instituto, entre las que incluimos un pase de película, una función teatral de un grupo profesional y un taller de lectura de cómics (a elegir, entre otras), me dispuse a pasear por los puestos de libros. Bestsellers por aquí, bestsellers por allá. En uno de ellos, pregunté por algunos de los títulos que llevaba en mi lista de Sant Jordi (obras de autores como Bolaño, Montero Glez o Benedetti). Nada. Ni uno. Pensé que encontraría El animal moribundo, de Philip Roth, novedad tras la adaptación cinematográfica de Isabel Coixet. Tampoco. Me fui a casa con Mil cretinos de Quim Monzó y alguna que otra novela de aventuras para mis hijos.
Antes del cierre de las tiendas, llamé por teléfono a la única librería que hay en la localidad vecina a la mía. Hace escasamente 8 minutos, el tiempo que he tardado en escribir este post, he recibido un mensaje al móvil informándome de que mi pedido está listo.
Así que pongo punto final a mi desvarío y me voy a recoger los libros que deseé comprar en su día.
Hoy es mi Otro Día del Libro.
(La imagen es un dibujo hecho ex profeso por uno de los dibujantes del Salón del Cómic de BCN, miembro del colectivo Gato Negro.)
Imagina un mundo peor: Que sólo existan las librerías del Carrefour.
ResponderEliminarAquí hay buenas librerías, pero echo de menos las librerías de ocasión de Valencia (o la Cuesta de Moyano de Madrid). En cuanto a las Ferias del Libro, no me atraen demasiado porque son, sobre todo, un despliegue de escaparates, cartones y gente a la caza de la novedad (y de la firma de turno).
En mi instituto, leímos poesía, aunque sólo pudieron oírla quienes estaban en primera fila (es el problema de no tener sala multimedia). Un saludo y buen provecho lector.
O uno peor aún en el que los libros son un producto de lujo y las bibliotecas, almacenes de revistas.
ResponderEliminarS.
Cuentan de un sabio que un día: en mi municipio no hay librerías. Hay tres papelerías, con los libros escolares obligatorios y el Ruiz Zafón que toque cada tres meses. Pero internet da mucha libertad para enterarse de novedades y comprar con más eficacia. A fin de cuentas, hace diez años, esto era lo mismo... pero cerrado del todo. Así que hemos ido a mejor, creo yo (en nuestro caso).
ResponderEliminarQue disfrutes las nuevas lecturas
No sólo te pasa a tí.¿Cómo es posible que escasean las librerías en poblaciones "grandes"?
ResponderEliminarCreo que, el "animal moribundo" está en la Biblioteca Comarcal de Blanes, en catalán.
ResponderEliminarQue la fiesta es para todos,se le supone.
Que no todos la viven igual...eso es otra historia.
Que en Blanes hay pocas librerias, salta a la vista.
Que no se encuentra de todo...pues tienes razón.
Pero que, en la libreria "Sant Jordi", puedes encargar libros de los que ya no se encuentran ni en Girona. Y cuándo parece que ya no llegarán ,¡ plas!,¡la Pilar te los la consiguido!. Tiene estas cosas.
No todo es tan malo. :-)
Pero sí, para el lector, mejor Londres.
Un saludo y a leer, que se hace tarde.
Vivo el día vicarialmente, pensando en mis hijos. Cómo deje dicho el dia fue primaveralmente espléndido en Zaragoza. Todo rezumaba energía de la buena. Claro que para los que somos de dosis diaria, casí se sentía extrañeza, como si tus madrigueras estuvieran ocupadas...
ResponderEliminarYo hace varios años que compro a través de Internet. Ya sé, no es lo mismo, pero cuando quieres algo concreto o que hay que pedir a la editorial es lo mas eficaz.
ResponderEliminarComo vivo cerca de Barcelona, es para mí una fiesta los viernes cuando puedo bajar y recorrerme librerías con solera y vocación literaria. La fiesta del libro es un bluff en que se venden libros como salchichas. Detesto a Carlos Ruiz Zafón y su montaje abrumador mediático que nos quiere vender su última obrita. Es un escritor entretenido, pero no más. Desde luego no leeré su novela. Pero él mismo no parece estar muy satisfecho cuando firma ejemplares o concede graciosamente entrevistas. No me extraña. Porque cada día haya una fiesta del libro en nuestras vidas. Un cordial saludo.
ResponderEliminarHola Lu. La situación en Valencia no es tan bollante como dijo Antonio. Los fondos de las librerías de ocasión, como es el caso de "París-Valencia", empiezan a estar dominados por Katherine Neville, John Grisham o Doris Lessing, cuando no por el "stock" de penosas ediciones de clásicos para la prensa, sin una introducción decente ni anotación alguna que pueda ayudar al lector. En cuanto a las librerías como negocio, las franquicias como FNAC, "La Casa del Libro" o "El Corte Inglés" están forzando el cierre de otras más pequeñas, aunque regentadas por libreros que realmente sabían aconsejarte sobre literatura porque eran verdaderos lectores (como fue, por mucho que digan, la desaparición de la librería "La Màscara"). En definitiva, la propagación del "best seller" obdece a una estrategia de supervivencia en los comercios pequeños y una estrategia de ganar cuota de mercado para las franquicias y grandes superficies. Lo que ocurre en las ferias del libro no es más que una imagen condensada del panorama editorial y comercial del libro.
ResponderEliminarNo quisiera despedirme sin darte la enhorabuena por tu blog. Creo que es un espacio necesario y muy útil para todos aquellos que nos dedicamos a la docencia. Yo intento hacer lo propio con el mío, http://agujademarear.blogspot.com, aunque todavía estoy muy lejos de lo que has conseguido con "A pie de aula".
Un saludo desde Valencia,
Héctor Monteagudo
Antonio, de estudiante descubrí la Cuesta de Moyano en un invierno frío, friísimo. ¡Qué recuerdos! Me paseé largo rato con los bolsillos huérfanos de dinero con el que poder comprar los libros que me hubiera gustado leer entonces. Fui rata de biblioteca muchos años.
ResponderEliminarAlgo me queda, aunque menos.
Anónimo, el tema de las bibliotecas también daría que hablar. ¿Qué ha sido de las bibliotecas en las que había espacios suficientes para la lectura? La modernez ha creado edificios con depósitos blindados de libros, pero con escaso espacio para la lectura. No en todos sitios, claro. En este sentido, también visito la biblioteca de la localidad vecina, antes que la de mi propio municipio. ¡Qué cosas!
Gonzalo y anónimo, comprar por Internet lo he hecho alguna vez, pero -¿seré anticuada?- prefiero tocar el libro antes de llevármelo. Abrirlo y robar al vuelo una frase, una cita...
Fina, claro que no todo es malo. Pero sí muy mejorable.
Doctor Vitamonte, el libro no da para vivir si no se vende, como dice Héctor, en grandes superficies. ¡Poderoso caballero...!
Joselu, tienes razón en que la fiesta es un soplo. En uno de los puestos oí decir a un comprador (no sé si lector): "Compren dos que et fan descompte". Malpensé y me dije, a ver si toda esta gente está aquí porque hoy los libros se venden con descuentos. ¿Será Sant Jordi o el Día del libro una fecha como la de las rebajas?
Dios no lo quiera.
Totalment d'acord.
ResponderEliminarConozco las librerías de Blanes y sé exactamente lo que dices... En Bilbao, afortunadamente no tenemos esos problemas: hay buenas, muchas y profesionales librerías donde puedes encontrar lo que buscas o te lo consiguen con cierta facilidad. Supongo que es uno de los privilegios de las urbes. Respecto al Día del Libro yo lo celebro a mi manera: los libros me los compro la semana antes (sin aglomeraciones, líos y descuentos) y hago una pequeña actividad en clase para recordárselo a mis alumnos. Muy íntimo y muy sencillito.
ResponderEliminarHola Lu, sé que te gusta la literatura y te traigo un regalo que deseo que también te guste:
ResponderEliminarTe invito a que veas "las entrevistas" que Mara Torres y Carlos del Amor hicieron a nueve grandes de las letras (Julio Cortázar, Jorge Guillén, Buero Vallejo, José Hierro, Rafael Alberti, Octavio Paz, Francisco Umbral, Camilo José Cela y Jorge Luis Borges. el pasado miércoles con motivo del Día del Libro. En nuestra página tienes el vídeo. Y si te apetece comentar, opinar al respecto, puedes utilizar allí también los comentarios.
http://www.espacioblog.com/labana/post/2008/04/27/el-dia-del-libro-la-2-noticias
Ten un buen día. Saludos,
Hola Lu, sé que te gusta la literatura y te traigo un regalo que deseo que también te guste:
ResponderEliminarTe invito a que veas "las entrevistas" que Mara Torres y Carlos del Amor hicieron a nueve grandes de las letras (Julio Cortázar, Jorge Guillén, Buero Vallejo, José Hierro, Rafael Alberti, Octavio Paz, Francisco Umbral, Camilo José Cela y Jorge Luis Borges. el pasado miércoles con motivo del Día del Libro. En nuestra página tienes el vídeo. Y si te apetece comentar, opinar al respecto, puedes utilizar allí también los comentarios.
Excelente montaje el que recomiendas labana.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Hace tiempo que desistí de comprar libros en Blanes, y eso que en su día trabajé a horas en una de las dos librerías. Yo también hace tiempo que me voy al pueblo de al lado.
ResponderEliminarEn Blanes todavía impera "el botiguer" en muchos comercios, ese género de persona que te hace un favor cada día cuando abre la persiana de la tienda donde estás obligado a comprar (pobre de ti que vayas a otro lado) lo que a él (ella) le dé la gana de venderte (no lo que tú necesites).
Què hi farem?
Eso me pasó en una de las dos...y no volví más.
ResponderEliminarDestila una simpatía que te mueres. :-)
Vaya, Lu, parece que has tocado la fibra sensible de mucha gente con tu artículo.
ResponderEliminarEn Pamplona hay muchas librerías, algunas muy buenas, pero cuando yo estaba destinado por esos mundos de Dios padecí atrozmente ese síndrome del lector desasistido que tan bien describen algunos compañeros.
El Día del Libro salimos Pilar y yo de casa cuando más llovía. Nos mojamos a base de bien, y eso contribuyó a que yo me cogiera el enésimo catarro de la temporada y perdiera la voz durante un par de días, que es el tormento más atroz que quepa imaginar para un charlatán como yo.
Ya, ya sé que Ruiz Zafón está mal visto, pero a Pilar le encanta, así que compramos su última novela. Y una linda dependienta de una librería me convenció para comprar Chesil Beach, de Ian McEwan, una novela preciosa, delicadísima, una auténtica gozada, que recomiendo a todos los lectores de tu blog.
Por cierto, soy firme partidario de comprar libros a través de todos los canales posibles: la librería como Dios manda, la gran superficie, el puesto de periódicos de la esquina, la tienda online y, si se tercia, el proveedor digital. El otro día estuve curioseando en Amazon, y estuve en un tris de comprar el Kindle, pero finalmente no me decidí. De todas formas, no descarto tecnologizarme un poco más de lo que ya estoy, y pasarme las vacaciones del año que viene (si no las de éste) en un chiringuito tropical, con una piña colada en una mano y un libro electrónico en la otra...
Yo creo que el animal moribundo de Blanes es la biblioteca misma. Antes tenían una directora que se enteraba bastante...pero está desaparecida en combate. !Qué pena de infra-estructura infra-utilizada!
ResponderEliminarHola, Lu. Los medios tampoco ayudan a encontrar buenos libros en estas fechas. ¿No habéis quedado saturadas con la dosis de Zafones, Perez Revertes y demás, que han recomendado los periódicos estos días? Muy pocos se preocupan por ofrecer algo alternativo a las grandes campañas de marketing de pseudoliteratura...
ResponderEliminar...please where can I buy a unicorn?
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