3 de diciembre de 2006

ORTOGRAFÍA Y EXPRESIÓN ESCRITA EN LOS BLOGS EDUCATIVOS: algunas consideraciones

Estos días se ha despertado en la blogosfera el debate sobre la ortografía y la expresión escrita en los blogs educativos.
Son ya unos cuantos blogs los que se han sumado a la preocupación del uso de la lengua en este medio (v. Cuaderno amarillo ). Pero es Eduardo quien ha lanzado una propuesta en la que anima a explicar “ trucos, pistas, recursos y reflexiones” que ayuden a elaborar un “prontuario de buenas prácticas de redacción y composición textual en los blogs”, además de elaborar “una lista de recursos online comentados”.
Ahí es nada, Eduardo.

Consideraciones previas:

1. Escribir correctamente no es una actividad sujeta a ningún soporte. Hay que enseñar a escribir bien a los alumnos, independientemente del medio que se utilice para exponer el resultado. Aunque los blogs y los foros virtuales han introducido una nueva variable en el proceso de escritura: han cambiado los receptores. En la enseñanza tradicional el alumno escribe para un único destinatario: el profesor; en la enseñanza telemática, los destinatarios son todos los miembros de la comunidad virtual, y en ésta, el profesor es un receptor más.

Los entornos virtuales (blogs, aulas moodle…) son espacios de comunicación que han convertido a nuestros alumnos en lectores voraces (¿o debería decir e-lectores?). Por una parte, leen aquellos documentos que el docente presenta para su consulta, pero leen también los textos de sus compañeros.
Por el mero hecho de leerse entre ellos, los alumnos adquieren una conciencia de autor, que debe ser aprovechada por el docente en favor del aprendizaje de la escritura en todos sus aspectos: ortografía, coherencia y cohesión textual, adecuación…
Es indiscutible que en el blog uno exhibe sus producciones (se exhibe), lo cual hace que se vea expuesto al juicio de quienes lo leen.
Esta circunstancia es un argumento de peso para convencer a los alumnos de que sus textos, antes de publicarlos, deben tener un mínimo de corrección.

2. No nos engañemos, las herramientas de consulta de que disponemos no solucionan todos los problemas que un estudiante puede tener a la hora de redactar textos. Se les debe enseñar a los alumnos el uso de las herramientas de consulta (diccionarios) y corrección (correctores), pero advirtiéndoles de que estas últimas no son infalibles.
Po ello, me atrevo a decir que ninguna utilidad suple la tarea del docente. ¡Y menos mal! El proceso de escritura es tan complejo que reducirlo a la ortografía sería incurrir en un grave error.
Cada vez me ratifico más en la creencia de que el docente debe ACOMPAÑAR al alumno en el proceso de aprendizaje de la escritura (y de la lectura, también). El docente debe asistir al proceso de creación y guiar el proceso. Este aspecto daría para otro post, así que no me extiendo.

Como no quisiera inhibirme del proyecto, además de las reflexiones previas, añado tres “truquillos” de docente que trabaja en entornos virtuales en el aula.

A. Los textos no se publican en el blog, si antes no han pasado por el paso previo de revisión y corrección. Así, un alumno escribe un primer borrador (“borrador” a limpio, si se me permite, pues es el alumno deber respetar las normas de escritura y presentación.). El profesor lee y corrige esa primera versión: señala los aciertos, comenta los errores, sugiere, matiza… El alumno relee el texto revisado y realiza todas las modificaciones necesarias. A veces, ese proceso requiere reescribir el texto de nuevo, rechazar el primer borrador.

B. En el proceso de revisión, recomiendo a mis alumnos el uso del diccionario. Por ello, es recomendable poner en el entorno de trabajo (blog o aula virtual) un enlace directo a los diccionarios on line.

C. Les conmino a utilizar el corrector ortográfico con mucha prudencia. He tenido algún que otro sobresalto en las alternativas de corrección del procesador.



En fin, el debate sigue abierto.

9 comentarios:

  1. Anónimo10:12 p. m.

    Efectivamente, una de las más valiosas aportaciones del blog como recurso didáctico es hacer que la escritura sea algo público. Eso es lo que permite motivar a los alumnos hacia el respeto a las normas sociales de la escritura.
    Yo también autorizo la publicación de los textos después de revisarlos con los autores. Pero creo que hay que ir transfiriendo poco a poco la responsabilidad de revisar y de reparar los textos. Saludos.

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  2. Anónimo5:04 p. m.

    Cuento mi experiencia que es siempre una referencia para mis clases.
    Tenía urgencia por expresar mis inquietudes, pero me atenazaba el saber que ni tengo una redacción excelente, ni mi léxico es variadísimo, ni la puntuación siempre correcta.... Incluso la emoción que siento al escribir hace que se me escape alguna tilde... A veces, tampoco adecuo el mensaje exactamente a lo que quiero decir por falta de ingenio, tiempo o de recursos expresivos (aunque decir esto sea un temeridad, tampoco creo que tenga que manejar a la perfección todo esto... Soy profesor de Lengua y Literatura por muchas razones...Todas igual de legítimas)
    Tampoco tengo un gran recorrido pedagógico lo que me hace sentirme inseguro y siempre en deuda con los blogs-maestro por todo lo que estoy descubriendo...
    Sin embargo, reivindico mi derecho a leer y escribir. Estoy seguro de que leo mucho más que antes y que lo leo con minuciosa atención, y estoy seguro de que lo que escribo en mi blog de aula (no tengo blog personal) está escrito con intensidad, sinceridad, corrección? y sencillez didáctica.
    Intento, incluso en el más mínimo comentario y sin querer perder la espontaneidad, superar el miedo al ridículo de no estar a la altura, porque sé que cuanto más escribo más a gusto me siento, lo hago más rápido, más eficaces son mis mensajes y más afino en la puntuación y el léxico... y todo gracias a que he encontrado el para qué y el cómo comunicarme.
    Y es que comunicarme me hace sentirme bien y me entran más ganas de escribir. ¡Ah!Y así soy mas feliz (aunque se me haya olvidado poner la tilde en este último adverbio)

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  3. Anónimo8:05 p. m.

    Sabes, Patxo, en el tema de la corrección lingüística hay que ser muy prudente y humilde, como lo eres tú. Tus palabras aliviarán a más de uno (entre los que me encuentro). Somo pocos los que tenemos una prosa prolija e impecable como el Tigre, y pocos los que producimos textos a los que cabría etiquetar de "perfectos". No obstante, como muy bien dices, esta circunstancia no debe ser un obstáculo para la expresión de las ideas.
    Si al leer se aprende leyendo; a escribir, escribiendo. Dicho lo cual, te animo a seguir a ti -y a todos-.
    A menudo, muchos compañeros nuestros cejan en el empeño de escribir por miedo a someterse a juicio ajeno. Yo espero que las reflexiones que surjan de este debate no arredren a nadie, al contario.

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  4. Anónimo8:40 p. m.

    Gracias, Javier
    He leído la carta y ya he dejado escrito la idea que se me ha ocurrido al leerla.

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  5. Escribir correctamente no es sólo cosa de voluntad, sapiencia y buen hacer, hay algo de cierta predisposición como para otras muchas cosas.
    Una práctica que ayuda a pulir un texto es leerlo en voz alta, despacio y respetando la puntuación.

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  6. De acuerdo con Miguel. A mi me pasa que una gran dificultad que encuentro para que los estudiantes escriban algo, radica en que escriben sin puntuación. Creo que la llamaban comafagia en un post anterior. Ocasionalmente debo usar analogías como: Si vas en un coche La coma es un pare y el punto un semáforo rojo. Las pausas son distintas. es un asunto mas musical creo.
    De cualquier forma, escribir no es fácil.

    PD. Ya tengo mi propio blog. Se accede por blogger. Se los dedico a ustedes profes de lengua: elblogdelcocodrilo se llama.

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  7. Anónimo1:21 p. m.

    La publicación de textos de alumnos en los blogs les da una mayor envergadura, indudablemente.
    De ahí a ser grandes escritores hay un abismo. No obstante, la corrección, como mínimo ortográfica, tiene que ser una referencia, e internet i los procesadores de textos dan suficientes herramientas para permitir la corrección, que, como profesores, hemos de exigir.

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  8. Anónimo1:35 p. m.

    Complejo debate el que planteáis, cuando se trata de un alumno analfabeto que, a duras penas, consigue juntar una letra con otra para expresar una opinión escrita; y en ese acto ha culminado su esfuerzo y su triunfo. Después, tú, con suma delicadeza y amor, le separas las palabras, le incluyes las letras que le faltan... en una corrección codo con codo.
    O cuando se trata del alumnado inmigrante, que presenta otro tipo de inseguridad en el manejo de un idioma que no es el suyo.

    En estos casos, personalmente, primo la expresión pura, la comunicación, por encima de la corrección ortográfica o sintáctica, que también es importante en lo académico, pero no tanto en lo humano.

    P.D.: Pero como estamos en la escuela, hay que trabajar las dos cosas, sin que lo uno merme lo otro.

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  9. Apasionante debate éste el de la corrección ortográfica que se ha planteado en varios blogs. Mi experiencia me muestra que lo que es importante para mí como profesor de lengua, no lo es igualmente para mis alumnos. Es muy raro el alumno que tiene una ortografía en líneas generales buena. Lo normal es que las faltas de ortografía sean el ambiente normal en que nos movemos. No sé cómo luchar contra ellas. Nada parece dar resultado. A veces, sin embargo, detrás de un texto plagado de incorrecciones ves el valor de una historia, intuyes el hálito de una cierta inspiración. La ortografía no puede ser el único criterio, y los profesores de lengua nos damos cuenta de que hemos de relativizar la cuestión. Tengo por costumbre descontar puntos por los errores cometidos. El nivel es en general tan bajo que si aplico descuentos mínimamente severos, no me aprueba nadie, quizás uno o dos. Pero eso no refleja la realidad del aula.
    Sin embargo, no estamos enfocando bien el problema porque sé de colegios privados donde la ortografía es muy buena a la edad de nueve años. ¿Es una cuestión social la mala o buena ortografía? ¿Tiene algo de social? Yo trabajo en un instituto donde las clases son esencialmente humildes. El panorama ortográfico es desolador, pero no es el único criterio al que debo atender. He de prestar atención a la comunicación como decía algún otro comentarista. A la expresión. No tengo otro camino.

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