Microficciones, libro en formato 10x10. |
Cada grupo de alumnos plantea retos diferentes. Y no hablo solo de retos académicos, sino también personales. Como este es un blog docente, voy a contar la experiencia de iniciar en la literatura a un grupo de alumnos de 2º de ESO de diversidad. Son 9, pero cada uno de ellos representa un mundo distinto del del resto. Cada uno carga con su mochila. Cada uno camina por la vida académica con distinto paso. Y unas horas a la semana, se reúnen conmigo para aprender Lengua y Literatura castellana. Así está escrito en el horario, en esa cuadrícula que parcela los tiempos y los aprendizajes. Nuestro lugar de reunión es la biblioteca, donde todos los días me esperan revoloteados, cacheteándose amistosamente, corriendo entre las mesas o bien jugando con los cojines del rincón de lectura informal. Llego arrastrando mi maleta de aeropuerto (en mi centro la usamos muchos), y con el ánimo siempre dispuesto. El ruido de las ruedecillas les avisa de que deben prepararse para empezar la clase. Y se sientan con las manos vacías. Todo el material de clase lo guardamos en un armario de la biblioteca. Cada uno tiene la suya, en la que todo está cuidadosamente ordenado. Y empieza el ritual del reparto de carpetas. Y el reto de captar su interés, que no siempre consigo, aunque Microficciones ha sido de lo mejor del curso. Bajo este nombre se reúnen dos secuencias didácticas: la primera gira en torno a los microcuentos; la segunda se centra en los haikus. Ambas las hemos llevado a cabo como talleres que han culminado con la creación de microtextos.
Sería muy extenso detallar todo el proceso, por lo que solo apuntaré lo más relevante.
MICROCUENTOS
Documentos: Microcuentos para dictar | Microcuentos para titular | Actividad de recreación: El dinosaurio
LA CAJA AZUL. Para abordar la lectura de microcuentos, traje una caja azul aterciopelada, en la que guardé en pequeños recortes de papel una selección de microcuentos. Cada inicio de clase uno de ellos abría la caja, leía un microcuento extraído al azar y se lo dictaba al resto. Algo tan poco novedoso fue muy efectivo, porque todos querían ser "dictadores de microcuentos". Pero la responsabilidad no residía solo en dictar, sino en comentar la historia condensada en tan pocas palabras y completarla. Y así, con este comienzo, y casi sin apercibirse, leyeron una lista de veinte.
TITULA TÚ. La siguiente actividad consistió en titular microcuentos. El anzuelo fue proponer que titularan una pequeña lista de textos escritos por alumnos de otras promociones. Y hecha la práctica conjunta, se separaron por parejas. Cada una de ellas, extrajo una baraja de títulos de la caja azul (hice varias réplicas) y extendió los títulos sobre la mesa, para poder relacionarlos con los respectivos cuentos.
TALLER de ESCRITURA. Y una vez leídos más de 30 microcuentos (incluidos los circulares), pudimos extraer algunas de las características de este género narrativo (brevedad, condensación, implicación del lector) y establecer algunos tipos (los había de humor, de amor, de intriga...). La primera parte del taller consistió en recrear el conocidísimo microcuento de A. Monterroso, El dinosaurio. Fue una actividad de escritura colectiva que dio sus frutos y en la que optaron por la singular propuesta de mover la coma del original.
No eran expertos, pero habían adquirido cierta experiencia lectora, por lo que ya estaban en disposición de escribir sus propias producciones. Para ello, y con el objetivo de evitarles el vértigo de la página en blanco, les proporcioné una galería de imágenes muy inspiradoras de Rob Gonsalves, Yacek Yerka y Fiddle Oak. Los microrrelatos son una parte del microlibro que editamos (ver imagen supra).
HAIKUS
Lote de libros sobre haikus |
Documentos: Cuestionario inicial| Secuencia de actividades (contiene bibliografía) | Haikus para recitar | Haikus para obsequiar (modelo) | Guion del programa de radio | Programa de radio
La idea de realizar una secuencia a partir de micropoemas no es nueva. Con anteriores promociones había trabajado la poesía con poemas breves y siempre habían tenido buena acogida. Bien es verdad que después de la experiencia de Poesía y movimiento, que realizamos con Cristina Fernández, cualquier apuesta parecía menor.
Después de pensarlo mucho, me decidí por los haikus, pues me acordé de la propuesta de Felipe Zayas, publicada en Leer.es. Mi admiración por Zayas, me frenó inicialmente. Sin haber tomado ninguna decisión, me hice con varias ediciones en préstamo, entre las que hay una hermosa colección de haikus de mujeres. Leí vorazmente hasta que caí en que reelaborar y ampliar el trabajo del maestro era también una forma de homenajearlo. Así que con la idea de seguir sus pasos, me dispuse a trazar la secuenciación y a diseñar las actividades.
La primera toma de contacto fue a partir de un cuestionario inicial. Con la pregunta de si se puede escribir un poema sobre cualquier tema, tuvieron un primer desencuentro, pero aproveché para leerles el Cántico doloroso al cubo de la basura de Rafael Morales, un soneto precioso, y las aguas volvieron a su cauce.
Posteriormente, iniciamos las actividades de acercamiento a los poemas. Como ocurriera con los microcuentos, cada día, uno de ellos leía o recitaba de memoria un haiku (¡Ah, la memoria, esa gran olvidada!), antes de empezar a completar las actividades. Hay un detalle que no aparece en los documentos y que me parece esencial nombrarlo. Cada día, les pedía que se detuvieran a pensar en un instante vivido. El primer día no fueron capaces de expresarlo, pero al segundo ya habían captado el porqué del requerimiento. El tercer día aprendimos a escuchar el ruido de la naturaleza, por suerte, nuestro centro está situado en un lugar privilegiado, rodeado de pinares y con unas vistas panorámicas envidiables. La esencia del haiku es la captación del instante y si quería que escribieran poemas al estilo nipón, antes tenían que entrenar su percepción del entorno, antes tenían que fijar su mirada en los pequeños detalles.
El proceso de escritura, después de completar las actividades, se reveló sencillo. Les facilité esta tabla y les dije que pusieran por escrito la elección de cada apartado.
ESTACIÓN DEL AÑO o MOMENTO DEL DÍA
(primavera, verano, otoño, invierno / alba, mediodía, noche, crepúsculo,)
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LUGAR DE CONTEMPLACIÓN
MAR (en calma o agitado) / RÍO (riachuelo, fuente...) MONTAÑA (bosque, árboles, cima, valle, roca, camino, sendero...)/ CAMPO (en flor) o PÁRAMO (yermo)...
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INSTANTE DE CONTEMPLACIÓN
(posa la mirada en un detalle)
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Posteriormente, el trabajo consistía en ir eliminando lo accesorio, para dar con lo esencial, en someter a valoración la elección de las palabras y sus matices.
He aquí un ejemplo de los más sencillos:
1. Texto inicial: Estamos en primavera (ESTACIÓN), me encuentro en la biblioteca del instituto (LUGAR) y mirando por la ventana veo que el aire mueve las flores del huerto (INSTANTE).
miro por la ventana.
El aire sopla las plantas.
No sé si fue la seguridad de tener la pauta o el estímulo de saber que sus creaciones iban a ser parte de un recital radiofónico, la cuestión es que empezaron a escribir haikus con la emoción del que consigue expresar con palabras un instante bello. Hubo momentos de intensa emoción, cuando uno de los alumnos compartió una serie de haikus elegíacos, escritos tras la muerte violenta de uno de sus amigos.
La realización de un programa de radio estaba dentro de la programación inicial, pero el entusiasmo hizo que surgieran nuevas ideas para la difusión de sus producciones. La primera fue imprimir haikus y regalarlos, para lo cual se dedicó una mesa temática en la biblioteca. La segunda fue crear una cuenta de Twitter (gestionada íntegramente por uno de ellos) para difundir tanto los haikus como los microrrelatos. Y la última, la creación de un microlibro con todos los textos.
Ha sido una forma especial de cerrar un curso en el que ha habido un poco de todo: momentos de tensión y desacuerdo, y situaciones de consenso, colaboración y amistad.