17 de abril de 2007

Ortografía y permisividad (II): recojo el testigo












Recojo el testigo de un comentario en el post anterior, en el que Antonio solicita remedios para combatir el mal (¿du siècle?) de la ortografía.

Ojalá los tuviera. Como no es el caso, contaré el método que desde hace años seguimos aplicando en mi departamento. Es un sistema de corrección personalizado que no diré que sea infalible, pero sus frutos da.

En nuestra programación, el objetivo básico es la correcta redacción y escritura de textos. Para conseguirlo presentamos quincenalmente a nuestros alumnos una propuesta de escritura que surge siempre de la lectura de un texto. La lectura se hace en clase, se comenta y se analiza en grupo. Yo lo hago preferiblemente de forma oral. La lectura se convierte así en un texto que invita a la reflexión, y por qué no, al disfrute.
Tras la lectura, los alumnos han de escribir un texto -en clase o en casa, según la ocasión-. Ese texto se presenta en una hoja en blanco, sujeto a unas normas de presentación (cabecera con los datos del alumno, título, márgenes).
Una vez entregado, señalo los errores atendiendo a un código de corrección. Atención. SEÑALO los errores, NO LOS CORRIJO. Cuando el alumno recibe la corrección, sabe que debe averiguar cómo corregir los fallos, reescribir el texto de nuevo y volver a entregar el orginal y la corrección. Para enmendar los fallos, recurre o bien al diccionario, o bien a otro compañero, o bien directamente al profesor.

El código es el siguiente:
  • Las faltas de ortografía se señalan con un círculo.
  • Las de puntuación, con una cruz.
  • Las de estilo con el subrayado (yo dibujo una línea ondulada).
  • Las interferencias léxicas (con el catalán), con un recuadro.
Este curso, hemos puesto en marcha un código para corregir los textos en línea. Aprovechamos el menú de edición del procesador de textos, sobre todo los colores.
Corregir on line es como hacer encaje de bolillos, pero a los alumnos les encanta ver el resultado.

Sabemos que no todos los alumnos cometen los mismos errores, por lo que pierde sentido someterlos a sesiones de "tortura ortográfica". Yo no lo hago. Este año he descubierto que deletrear es un juego que ayuda a fijar la ortografía. También he descubierto que ser poco o nada permisiva hace que se esfuercen más en revisar los textos.
Al comienzo de curso, les digo a todos: "Tenemos un objetivo común, escribir correctamente". Remarco el plural para que entiendan que es un objetivo que tenemos que lograr juntos.
Por lo pronto, los casos más dramáticos (alumnos que tenían un promedio de 20 faltas por texto) han rebajado el número de errores a no más de 8. Esto en la ESO. En bachillerato, he conseguido que hagan no más de 2 en un examen. Les he convencido de que perder 2 puntos en Selectividad por ortografía es un lujo que no se pueden permitir.


Actualización:
Añado el enlace a un documento sobre estrategias de enseñanaza de la ortografía, que Daniel Sánchez reseña en un comentario.

Nueva actualización (20/04/2007) : Recomiendo el post de Javier. Vale la pena ver el vídeo que enlaza.

15 comentarios:

  1. Anónimo10:54 p. m.

    Muy interesante vuestra experiencia, Lu. Voy a imprimir este artículo y lo voy a repartir entre el profesorado de mi instituto a ver si cunde el ejemplo. Está claro que hay que combatir el mal del siglo.

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  2. Hola, Lu. Pues sí, efectivamente la ortografía es importante y en mi clase de cuarto de Primaria utilizao un método parecido al vuestro: yo no corrijo, señalo, luego ellos deben corregir buscando ayudas.
    Desde hace un mes, y a próposito del Plan de Mejora que estamos diseñando en nuestro centro -véase el wiki planesdemejora.wikispaces.com- estamos tomando más estategias como se pueden ver el citado wiki.
    Salud

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  3. Gracias, Daniel. Acabo de incluir tu enlace en el post. Me he parecido importante hacerlo visible.

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  4. Anónimo10:19 a. m.

    Una estrategia muy interesante, Lu, que tiene una virtud singular: además de obligar a los alumnos a revisar sus propias producciones, alivia la carga de trabajo del profesor.

    Y es que en nuestra disciplina la corrección de las faltas de ortografía puede convertirse en una auténtica tortura para el docente. Yo recuerdo más de un ejercicio en el que mis anotaciones en rojo superaban en longitud a lo escrito por el alumno.

    Como Alejandro, también yo voy a recomendar vuestra técnica.

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  5. Anónimo11:54 a. m.

    Eduardo, no te engañes. Este método da más trabajo al profesor, porque de cada texto hay que corregir dos versiones.
    Además, los errores de estilo se subrayan (con línea recta u ondulada) pero van acompañados de comentarios o de propuestas de redactado.
    A mí no me importa, pues veo que es la forma de que el alumno mejore. El propio alumno se sorprende de sus errores, al final de trimestre cuando reúne todos los textos en su portafolio.

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  6. Me parece muy interesante este método. Yo también voy a imprimirlo y a comentarlo entre el profesorado. Además me va muy bien para mi plan de acción del curso de Práctica reflexiva ya que me he centrado en la ortografía.

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  7. Hace poco leí un libro sobre ortografía que encontré en el departamento: Nuevas estrategias para la enseñanza de la ortografía. En el marco de la Programación Neurolingüística (PNL).Escrito por Daniel Gabarró i Conxita Puigarnau.
    Me pareció un libro interesante. En resumen, dice que antes de abordar el estudio sistemático de la ortografía debemos enseñar a nuestros alumnos a "ver" la palabra en la mente. Recalcan la importancia de la memoria visual.

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  8. Por fin encuentro colegas que comparten sus métodos de trabajo y reconocen tanto el alcance de sus logros como sus límites. En el asunto de la ortografía, como ya dije, ando perdido. Hasta ahora, mi solución era que leyesen (y escribiesen) mucho para fomentar la memoria visual. Sin embargo, veo que tu propuesta es muy interesante, así que trataré de incorporarla en mis próximos proyectos de escritura. Gracias.

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  9. Anónimo10:34 p. m.

    Leí el post anterior y la trayectoria es excepcional. Hemos pasado del lamento a la explicación de prácticas que dan buenos resultados en el trabajo de la lengua en Secundaria. Enhorabuena a todos. Este es el camino.

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  10. Yo también me alegro de que hayáis compartido las estrategias con las que os enfrentáis a este problema. Reflexionaré sobre ellas para poder ayudar a mis hijas.
    Gracias

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  11. Anónimo4:07 p. m.

    Me parece una excelente estrategia y, como siempre, muy sistemática para poder unificar los criterios de evaluación. Bravo, Lu.

    Yo llevo a cabo una corrección "mixta" según el grupo (curso) y según el tipo de alumno.

    Hay algunos que no quieren ser corregidos: unos por motivos estéticos (para que no le "estropee" su texto); otros por no tener que pasar a limpio el ejercicio; y otros, estos son los mejores, a los que les gusta autocorregirse después de tus indicaciones.

    Después, hay un grupo híbrido que desea la corrección siempre y cuando le pongas "bien".

    Y por último, los sumisos que aceptan de buen grado que les corrija todo lo que sea necesario.

    Muchas veces, esto de ser maestra a la carta llega a quemarte. Claro, que transijo sólo en la medida en que debo hacerlo. Los años en que he impartido niveles altos (graduado y cuarto ciclo) he sido totalmente intransigente, porque se les exigía un nivel para la obtención de un título.

    En definitiva, no es lo mismo un grupo de alfabetización, uno de español para extranjeros que otro de secundaria o bachiller, en cuanto a corrección o autocorrección del idioma.

    Un saludo.

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  12. Anónimo8:47 p. m.

    En algunas de las cosas que comentáis estoy con vosotros pero para mi lo esencial en este tema es considerar la ortografía como una ACTITUD. Si no se hace así muchas de las actividades que se plantean caen en saco roto. Hay que arrancarles a los alumnos esa convicción que van adquiriendo de que la ortografía no tiene importancia, que si uno se entiende ya es suficiente, que lo importante es lo que se dice y no cómo se dice, que las conversaciones privadas pueden hacerse con la ortografía que uno quiera,...

    Todo lo demás vendrá por añadidura. Os lo digo por experiencia. Siempre estudié ciencias porque las letras no me iban y siempre hacía un montón de faltas porque no me "interesaba" con convicción en la ortografía. Todo cambió cuando decidí que era una estupidez cometer faltas.

    Un saludo.

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  13. Me encanta que se propongan estrategias para luchar contra las faltas de ortografía.
    Lu, me gustaría preguntarte qué hacéis con las faltas de los exámenes, cuánto descontáis por cada falta o no descuentan y las tienen que explicar...
    Creo que sería interesante hablar sobre este asunto para mejorar la ortografía de nuestros alumnos.
    Saludos

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  14. Cristina, las faltas de ortografía descuentan siempre 0'10.
    En ESO, hacemos evaluación continua, por lo que las notas de los exámenes tienen el mismo valor que los trabajos y la participación.

    En bachillerato, los baremos de puntuación son distintos. Nosotros aplicamos un 75% de la nota a los exámenes y un 25% a las propuestas escritas. Pero las faltas siguen descontando 0'10 (hasta un máximo de 2 puntos) que es el valor de descuento que se aplica en Selectividad.

    No sé si andamos equivocadas, pero a los alumnos les es muy útil conocer los criterios de corrección. Saben a qué atenerse.

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  15. Yo también descuento 0,10 por falta y las notas de los exámenes valen lo mismo que los trabajos y la participación junto.
    Gracias, Lu. Me gusta conocer los criterios de otros profes.

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