19 de marzo de 2010

Miguel Hernández: Cárceles y muerte

Los últimos años de Miguel Hernández constituyen un auténtico via crucis por las cárceles de España. Este tramo de la vida del poeta despierta mucha curiosidad a los alumnos cuando se interesan por conocer los detalles de la vida del poeta.
Hace unos días, presentaba una caza del tesoro sobre el autor, sin antes haberla experimentado (por problemas de conexión). Esta semana ha sido una de las actividades que hemos realizado y de ahí ha surgido la necesidad de ampliarla con un nuevo recurso. Se trata de una cronología -con mapa incluido- de las cárceles en las que estuvo detenido el poeta.
Una contribución más a la celebración del Centenario


17 comentarios:

  1. Hay una memoria molesta, un recuerdo que no conviene refrescar. Ahora lo que vende son los presos políticos de Cuba, que está lejos, porque los de aquí no han existido o eran unos rojos que, aunque no disparaban con el fusil, lo hacían con la palabra, que es más dañina.
    Digan lo que digan, España tiene todavía cuentas que saldar, porque si alguien notorio como Miguel Hernández (o Max Aub, o Machado, o Buero Vallejo...) tuvo que sufrir por defender el orden legítimo, ¿qué atrocidades se cometieron sobre tantos españoles anónimos?

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  2. Cuando les contaba el periplo carcelario de M. Hernández, añadí dos historias de dos maestros republicanos amigos de mi abuelo, como ejemplo de lo que fue la represión por razón de ideología.
    Los alumnos de 3º son muy jóvenes y la Guerra Civil les parece un pasado lejano, hasta que una da nombres de familias y de hechos locales.
    Toni, desgraciadamente, fueron muchos los españoles que sufrieron las atrocidades del Régimen. Muchos. Demasiados.

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  3. Por circunstancias familiares, he pasado muchas veces por delante de la que fue cárcel de la calle Torrijos (hoy Conde de Peñalver). Un placa recuerda que allí el poeta escribió las Nanas de la cebolla. Pensar en el uso que tuvo el edificio pone los pelos de punta, como los pone pasar ante los muros del cementerio de La Almudena y recordar que eran paredones de fusilamiento. Espeluznante.

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  4. Anónimo8:04 p. m.

    Al hilo de las historias que comenta Lu, recuerdo el impacto de la película "La lengua de las mariposas" en mis alumnos de diversificación del curso pasado.

    Impacta de igual modo ver a Miguel Hernández a través de su recorrido carcelario.

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  5. Carlota, entiendo perfectamente lo que cuentas, porque hace algún tiempo acudí a un homenaje en la cárcel de Gerona, en cuyas tapias fueron fusilados muchísimos republicanos. No se me olvidará la sensación de tocar la piedra fría del muro.

    Les contaba a los alumnos cómo Miguel Hernández no pudo ser velado en la enfermería, ni tampoco en el cementerio porque los guardias no dejaron a la familia permanecer allí, por la sencilla razón de que era el lugar donde se cometían los fusilamientos de madrugada. Lo que llamaban la "saca". No se lo podían creer. Y es que es increíble que se cometieran tales atrocidades.

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  6. Silvia, cuando he pasado "La lengua de las mariposas" en clase, tengo que disimular el nudo que se me forma en la garganta. Mi abuelo fue maestro republicano y vivió una situación similar a la del protagonista. Es una historia que he oído contar tantas y tantas veces... Uno de sus amigos fue fusilado en las tapias de Gerona, después de sufrir prisión y torturas. ¡Tremendo!

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  7. Una verdadera tarea de investigación. Mi hija ha estado este fin de semana haciendo un trabajo para Historia y ha entrevistado a su tío abuelo (86 años) para que le contara su experiencia y sus recuerdos de la guerra. Ya es el último mayor que nos queda en la familia. ¡Cuántas vivencias a punto de perderse!

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  8. Terrible la experiencia de Miguel Hernández a lo largo ¡de 10 centros de cárcel y muerte! y terrible la experiencia de los maestros republicanos... La memoria -la nuestra, al menos- debe estar activa y no dejar que se apague...

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  9. Es increíble lo que está dando de sí el tema. Pedí a los alumnos que preguntaran en casa anécdotas de la Guerra Civil. Hay historias estremecedoras.

    A propósito del tema, ayer domingo, Manuel Vicent escribió en su columna de El País la historia de la madre de Serrat. Hoy hemos tenido audición de poemas y al terminar les he leído la historia que cuenta Manuel Vicent. Se ha creado un silencio terrible. Así hemos acabado la clase. El miércoles me imagino que habrá debate.

    Os recomiendo su lectura .

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  10. Excelente el texto de Vicent y estremecedora la historia de la madre de Joan Manel. No la conocía. Gracias, Lu.

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  11. Y más terrible aún que todo esto que ha sufrido Miguel Hernández (representativo de los miles de casos que no se conocerán), es que todavía hay gente que quiere seguir mirando a otra parte. O que, cuando se publica un libro sobre la Guerra Civil, están con el "otra vez", cuando es un tema que no debería agotarse, para que no caiga en el olvido y no pueda repetirse jamás.

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  12. Juliiii, por más que haya quien mira hacia otro lado, la Guerra Civil está ahí y hay que rescatar la memoria de los que la sufrieron para que las nuevas generaciones la conozcan.
    Hay que reivindicar el "otra vez".

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  13. Leí hace poco el libro "Maestros de la República", perdonar, no se su autor. Lloré cómo hacía tiempo no lo hacía.

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  14. Hola Pilar,
    Supongo que te refieres al libro de María Antonia Iglesias. Es impresionante lo que encierran sus páginas. Historias para no olvidar, sin duda.

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  15. Anónimo9:08 p. m.

    Para cuando un mapa real de España? Y Ceuta y Melilla?

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  16. encomiable y veraz, este post me revuelve las entrañas y aviva mi ardor, vivir es arder, no contra la oscuridad, sino contra la desaparición. Miguel seguirá vivo mientras muchas Lourdes ardan, llama por llama, en el hilo del tiempo y del camino, con la sencilla y ejemplar memoria de su vida y obra, de su atroz periplo y su muerte "no en vano".

    Un beset

    Víktor

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  17. Hola Viktor,el rosario de prisiones por las que pasó Miguel Hernández y dolor que vivió en cada una de ellas fue terrible. La memoria es un acto de justicia que le hacemos entre todos en el homenaje del centenario de su nacimiento.

    La llama arde en muchos blogs, en muchas páginas docentes, en muchos de nosotros.

    Gracias por sumarte a su recuerdo.

    Petonets

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