12 de diciembre de 2008

¿(J)AULA?


¿Ocurrencia lingüística? ¿Certeza? ¿Juicio evaluador? 
Sea como sea, esa jota grafiteada en los carteles de las aulas de bachillerato de mi centro da que pensar.

11 comentarios:

  1. Igual que el abuelo Cebolleta, me gusta recordarles a mis alumnos que el origen de las vallas en los institutos era impedir que accediesen a ellos quienes no tenían derecho a aprender por su baja condición social. Ahora, las vallas son cada día más altas para que los alumnos no escapen; hay cámaras para tenerlos vigilados; algunos centros tienen vigilantes de seguridad. Si el instituto es concebido como una cárcel, ¿por qué las aulas no van a ser "jaulas"?

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  2. Anónimo9:43 a. m.

    "Juicio evaluador".
    Me inclino por esta opción. Ellos también nos evalúan.
    Si las aulas son (j)aulas, los alumnos son las fieras y los profesores los domadores.
    Da para pensar y mucho.


    Sergio

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  3. Anónimo10:29 a. m.

    ¡Lo que son las cosas!: de mis tiempos de bachiller y de universitario recuerdo la misma broma lingüística: (j)aula 121. Yo nunca la escribí, pero la vi infinidad de veces en mis centros. Con ella me han venido a la memeria en el mismo lote: los avisos de bomba en época de exámenes; las bombas dibujadas en la pizarra con una larguísima mecha en el otro extremo y toda la clase haciendo pppsssssssss mientras el profe borraba hasta el booooom final... es decir, aunque puedan tener una explicación contextual, psicológica y pseudocientífica, creo que son simples bromas de estudiantes. Compruebo -con nostalgia y cierto humor- que los estudiantes de ésta y aquélla época, al menos, en esto sí coincidimos... :)

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  4. Sergio, has tirado del hilo. No me veo de amazona domadora con látigo (pensarlo me da hasta risa).

    Antonio, es cierto que hoy en día las medidas de seguridad en los institutos cuentan con cámaras, rejas... Pero también en los centros comerciales o en algunas calles céntricas nos vigila el ojo de una cámara.
    Vivimos bajo vigilancia. Es una certeza.

    Marcos, sí es verdad que algo de broma hay, pero detrás de esa jota también hay un sentimiento de opresión.
    Son incontables las veces que mis alumnos me piden dar la clase en la hierba, en las escaleras o en la pista. Alguna vez lo he hecho con buenos resultados. Creo que la jota es un mix entre gracia y reivindicación.

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  5. ¿Aula o Jaula? , también en mis tiempos de bachiller se parafraseaba con ambas palabras, y tengo sesenta años. Las cosas cambian menos de lo pensamos y mucho menos de lo que decimos, PERO, plantearnos la disyuntiva ya es un signo nuevo, una probabilidad de cambio.

    A la gallega (sin coñas autonómicas) yo diría que ni una cosa ni otra, ni carne ni pescado, ni aula ni jaula … si no todo lo contrario. Quizás otra cosa, aún no tenemos claro qué. Las diferencias entre la educación y la domesticación, formación libre e instrucción guiada, perfeccionamiento intencional o adaptación convencional… forman parte de un discurso pedagógico aún no concluido, por propia naturaleza difuso e indefinido, pero ilusionante. Sigamos el proverbio árabe tan nuestro como extraño, “es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad”. Amén.

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  6. Desde el momento que se obliga por ley a estar a jóvenes encerrados hasta los dieciséis años en unas habitaciones durante seis o siete horas al día, sin estar interesados en lo que allí se hace porque ellos estarían en otro lado más provechoso, son jaulas con todas la de la ley. No es falso. Notas en un curso cuando no es una jaula y es un espacio libre y creativo. Sólo falta que a alguna mente preclara se le ocurra extender la educación obligatoria hasta los dieciocho años, pero con la crisis que viene cualquier cosa es posible. Estoy de acuerdo con las palabras de Antonio.

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  7. En el Congreso presencial Internet en el Aula oí a uno de los ponentes (no he localizado el vídeo en la web) mencionar el desastre que supone para la educación la concepción arquitectónica de los centros. Decía que la sola idea de encerrar a los alumnos entre cuatro paredes sentados en un pupitre era ya un planteamiento que poco ayudaba a avanzar.
    Sabias palabras que muchos desoyen.

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  8. Lu, quizás mis palabras eran equívocas pero no dejo Profesor en la Secundaria. Seguiremos aunque divididos en dos proyectos. Un saludo.

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  9. Anónimo11:13 a. m.

    ay...... los tiempos del insti....ay.... ya no volveran....

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  10. Anónimo8:13 p. m.

    Hace poco estuvimos en un congreso HEZIBERRI (lo reseñamos en nuestro blog). Intentaba desvelar o reflexionar los retos para la escuela del siglo XXI y uno de los temas repetidos en todas las intervenciones era la ncesidad de reinventar los espacios. Verdaderamente, no es un tema baladí. Las aulas de los centros de Secundaria son carcelarias, cutres, tristes... No son lugares que inciten al aprendizaje, a la implicación, al cuidado, etc. Desde luego, el profesorado con entusiasmo, con ganas, puede muchas veces lograr que esas carencias se difuminen pero esa no es la cuestión de fondo y los espacios no son los adecuados.
    Curiosamente, el congreso se celebró en la sede de la televisión autonómica y después de oír tanta crítica sobre los espacios de los centros chocaba el contraste con los espacios de esa sede: amplios, con cristaleras, transparentes, abiertos,flexibles, polivalentes, con lugares diferenciados para hacer cosas distintas... Daba que pensar.
    Los espacios de las empresas, las fábricas, los bancos.. están cambiando. La escuela no puede mantener las estructuras decimonónicas.
    Otras organizaciones son posibles. Debemos reclamarlas.

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  11. Hola, acabo de llegar a este blog y me parece muy interesante.
    Sobre lo que dices en este texto, es verdad que a veces hay alumnos que convierten las aulas en jaulas, bien poniendo esa j al principio (lo vi hace años, cuando yo era estudiante, y lo volví a ver años después, cuando volví al instituto como profesor en prácticas).
    Que al final sea sólo un aula o se convierta en una jaula depende de todos los que estamos dentro, profesores y alumnos.
    Un saludo.

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