11 de noviembre de 2007

Proyecto sombra sui géneris

Para mis compañeras del CAP

Nuestro Proyecto Sombra es homónimo del que hiciera Juan José Millás para El País. En él, el autor publicó varios reportajes en los que relataba su experiencia de ser la sombra de un personaje durante un día.
Nuestro Proyecto Sombra es una estrategia para recuperar a aquellos alumnos que en clase se muestran inquietos e inmotivados.
¿Qué hacer con ellos? La expulsión es un parche que solventa una hora de clase o, en casos extremos, unos días. Pero cuando el alumno regresa, el problema persiste e incluso se agrava.

Este curso doy clase en 1º de ESO. En los dos grupos en los que imparto lengua, hay unos 7 alumnos que distorsionan la clase levantándose, elevando la voz, molestando al compañero, reclamando insistentemente mi atención... Situaciones de sobra conocidas.
Hace unas semanas, en una reunión semanal del equipo docente, propuse una medida que tiempo atrás se había llevado a cabo en mi centro. Se trata de que un profesor se hace cargo de uno o dos alumnos conflictivos durante un día. A lo largo de todas las horas, los alumnos acompañan al profesor a sus clases, a sus guardias, a sus reuniones...

Hasta ahora, he tenido a mi sombra a tres alumnos. La segunda semana de curso a uno de ellos. Y la semana anterior, a dos. Durante el día que fueron mi sombra (ellos dicen que son mis guardaespaldas) asistieron conmigo a clases de bachillerato. Al entrar, expliqué a los bachilleres que estos alumnos tenían un trabajo que hacer y que no iban a interrumpir para nada. Y así fue. Tenían encomendada la tarea de observadores. Debían anotar en su cuaderno cómo se comportaban durante la clase los mayores y yo misma, para después contárselo a sus compañeros de curso.
El viernes hicimos la valoración. A***** y J******** se pusieron a mi lado, frente a sus compañeros, y contaron su experiencia en bachillerato. "No molestan" -dijo uno. "Trabajan y hacen preguntas" -dijo el otro. Y así fueron verbalizando su conocimiento de un nuevo patrón de comportamiento basado en la disciplina, la educación, la responsabilidad, el compromiso con el estudio...

Estos alumnos confiesan que siempre se han portado mal. Siempre, quiere decir toda la primaria. Alardean de sus tretas con otros profes, fanfarronean de haber contestado a éste y al de más allá... El viernes su orgullo era el de haber asistido a clase de los mayores y haberse portado bien. ¿Qué durará? No lo sé.
Nunca hay que cantar victoria, antes de tiempo. Queda mucho curso por delante. Si esta estrategia agota su efectividad, ya buscaremos otras.
De momento, hago mías las palabras de Millás, a propósito de su proyecto:
"Es una labor con la que aprendo mucho [...] aprendo constantemente y me sorprendo[...]."

Imagen capturada de este vídeo

14 comentarios:

  1. Anónimo7:43 p. m.

    Cierto es que no sabemos cuánto tiempo durará el buen comportamiento de estos alumnos conflictivos (ya lo comentarás :-)). De momento, han visto otras maneras de estar en clase, eso ya es mucho.

    Además, almenos los profesores de tu centro buscáis alternativas imaginativas y constructivas, en general la expulsión, como dices, es la opción más usada y seguramente la medida más estéril.

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  2. Anónimo8:07 p. m.

    Pues sí que es muy interesante, enhorabuena y, como dice choulo, ya nos comentarás si sigue. Agradezco que cuentes esto aquí, como haces por otro lado con todas las experiencias impresionantes que nos descubres. Lo agradezco más porque a veces, el hecho de que existan alumnos con problemas de conducta parece algo invisible, y menos, contar las soluciones o las medidas que se van empleando. Esto nos puede ayudar a todos. Saludos

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  3. Suscribo las palabras de Millás:
    "aprendo constantemente y me sorprendo[...]" contigo, Lu. Nuevamente enhorabuena por la experiencia y qué suerte poder contar con un claustro o con un equipo docente que apoye "sin fisuras" la iniciativa. Se me antoja imposible en mi centro.
    En cualquier caso, os queda la enorme satisfacción de poder decir que se ha intentado corregir una conducta de una manera imaginativa, pedagógica y no simplemente punitiva. Zorionak! (¡Felicidades!).

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  4. Al igual que aquella otra experiencia en la que alumnos de cursos superiores daban clase a los pequeños, esta otra sugerencia nos lleva a invertir los términos y supongo que será igual de enriquecedora. Me gustaría ponerla en práctica algún día, pero sé que tendría que dar demasiadas explicaciones, más de las que me toca dar a diario.

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  5. Anónimo4:25 p. m.

    Es interesantísimo. Ojalá pudiéramos aplicarlo en nuestro instituto. Extenderé la idea por si cuaja.

    Gracias, compañera del CAP

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  6. Anónimo5:49 p. m.

    Hola Lu:
    Sabemos que no hay "varitas mágicas" para estos chicos que acuden a clase porque tienen que acudir, sin embargo, es esperanzador que sigamos buscando la llave para entenderlos mejor.

    Lu, no te quepa duda, tus alumnos aprenden por imitación en gran medida. Aprenden lo que ven e imitan.
    He aprendido que, para ellos,las palabras pierden su valor y cobran importancia gestos, hábitos y comportamientos a imitar.

    ¡Enhorabuena!

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  7. Buscar alternativas a la expulsión no es un ejercicio fácil.
    En mi caso tengo a un alumno con graves problemas conductuales. No puedo aplicar tu experiencia porque estoy en primaria y tengo al mismo grupo-clase prácticamente durante todo el día. Todavía no he expulsado al susodicho, pero en ocasiones y, cuando se me agota toda la paciencia, no me faltan las ganas.

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  8. ¡Curiosa experiencia no exenta de interés! Me imagino a alguno de mis más inquietos y solapados alborotadores de clase asistiendo a una sesión sobre El Quijote en que los alumnos de Bachillerato expresan sus puntos de vista y participan civilizadamente. Realmente es sugestiva la idea. No sé el efecto que producirá ni el tiempo que durará, pero al menos es una alternativa al castigo que supone la expulsión. Tomo nota, aunque no sé si en mi centro estarían por la medida. a

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  9. Anónimo9:41 p. m.

    Lu, y otros,

    qué suerte tenéis por aquí con los bachilleres¡¡

    adónde puedo llevar mis bachilleres sombras?

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  10. Cada centro tiene su idiosincrasia. Y en cada uno de ellos, hay promociones y promociones.
    Siempre hay que buscar estrategias nuevas que rompan con lo consabido: mal comportamieto = expulsión.

    Ojalá los resultados fueran acordes con el esfuerzo puesto en la mejora de estos chicos.

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  11. Lo hcimos el año pasado en mi Centro con dos alumnos de Primero. Ya habían sido expulsados un mes así que este recurso conocido por un profesor como técnica pedagógica, se utilizó. Al principio era la novedad,pero pronto nos dimos cuenta que ellos seguían con su táctica de llamar la atención, y esto incluso la reforzaba, ya les conocía todo el colegio y los profesores se hartaban de tener "la sombra". Lo dejamos por poco eficaz y molesta para el docente. Con estos alumnos en particular lo que más funcionó fue quedarse fuera de hora solos en clase, castigados, con permiso de su familia y con un profe de guardia.

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  12. Yoffy, ya he comentado que no sé si funcionará todo el curso, o habrá que buscar nuevas estrategias. Lo que sí sé es que no basta con ser la sombra de un profesor, hay que pedir a los alumnos el compromiso de valorar después su experiencia delante de sus compañeros de clase. Hay que implicarlos.
    Si necesitan llamar la atención, buscarán cómo hacerlo, pero es necesario que aprendan a ser reflexivos acerca de sus modales.

    Lo que se deduce de las dos estrategias (ser la sombra de un profesor o permenacer en el centro en horas extras) es que se castiga al alumno y al profesor. Eso también se lo hago ver a los alumnos.
    Pienso que la expulsión es necesaria, claro que sí. Pero antes, hay que educar al alumno para que sepa comportarse socialmente. Cuando ya se le ha enseñado otros modos de comportamiento y no ha querido modificar el suyo propio, entonces la expulsión está más que justificada.

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  13. Estamos todos en lo mismo. La última reunión de departamento fue un monográfico sobre las estrategias a seguir con con un grupo de alumnos de 1º de eso carentes de las mínimas habilidades sociales. Está su historia, claro, y un vislumbre de lo que puede ser (novela con final cerrado). En medio, la incapacidad organizativa para hacer frente al asunto. El detonante, el departamento de orientanción propone sacarlos del grupo de compensatoria. Viejo dilema. La incorporación al grupo de referencia agudiza los conflictos. Deben o no deben estar. Malestar docente. Entre tanto, desde el departamento de lengua nos comprometemos a ser la sombra de estos chicos, para que el compañero pueda dar la clase. No llegamos a más. Hay mucho que hablar sobre todo ello. Tiendo al pesimismo. Ya nos contarás.

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  14. Anónimo7:30 p. m.

    este escrito tiene de mucho sierto ojala y yo pueda hacer este proyecto en mi grupo ya que ay compañeros que si quieren llamar mucho la atencion haciendo cosas como si quisieran llamar la atencion.
    boeno gracias por haber danos esa idea sobre el proyecto.
    n_n <3

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