4 de junio de 2007

¡Qué cara!


Sobre la descripción...

Aníbal de la Torre presentaba el otro día una utilidad de la National Geographic para generar caras (Face generator). He hecho la prueba y es realmente sencillo. El curso pasado descubrí otra que me sirvió para preparar una actividad sobre el retrato robot. Con ambas se pueden preparar actividades relacionadas con la creación de personajes de ficción.

Esta idea y otras se me han ocurrido en este inicio del fin de curso (perdonad la cursilería de esta frase). No quisiera que se me olvidaran, por lo que voy a usar el blog como una memoria portátil.

Sobre la escritura...
Hace días andaba pensando en proponer a mis alumnos un ejercicio similar al proyecto sombra de J.José Millás y hacer que éstos mantuvieran una conversación con el escritor a través del foro de su página web. También podría hacerse lo mismo, pero a partir de la lectura de sus articuentos.

Sobre la lectura...
Antonio nos ha servido en bandeja su concurso para elegir los libros preferidos por los alumnos. Yoffy, la idea de la encuesta sobre los gustos de los jóvenes lectores. Y Eduardo, su propuesta de lectura de El mundo perdido de Arthur Conan Doyle.

Sobre la lectura de la imagen...
Se me olvidaba añadir la posibilidad de analizar la narrativa cinematográfica a partir de cortos (I, II...).

Surgirán más, no me cabe duda.

Si hay algo que me desagrada es que los finales de curso son siempre agónicos. Primero se acaban las clases, luego vienen los exámenes de suficiencia, posteriormente la entrega de notas y, por último, la despedida. Es un proceso que dura unos 20 días. Demasiados.
Aunque yo creo que en nuestra profesión, acabamos para poder empezar de nuevo.

6 comentarios:

  1. Anónimo1:11 a. m.

    ¡Ánimo, colega!

    Los fines de curso siempre son así. Acá, en Chile, ocurren en diciembre (en julio cerramos el primer semestre) y se agrega a la lista de la agonía los consejos de profesores, ocasión en que todos los profesores analizamos ¡uno a uno! a cada estudiante de cada curso y tomamos decisiones respecto de su futuro escolar (medidas disciplinarias a aplicarse el año siguiente, cambios de grupo curso, solicitu de todo tipo de informes, etc.)que, a veces, no se respetan al cien por ciento, porque alumnos que hemos decidido "no volver a recibir" vuelven a sentarse en nuestras aulas al año siguiente.
    En fin, es un proceso largo que, en nuestro caso, se une a los apuros de Navidad y Año Nuevo.
    Un abrazo desde Chile,

    Benedicto

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  2. Ese es el "lado oscuro de la fuerza" al que tenemos que enfrentarnos. No hay salida posible.
    Nuestra tarea es poliédrica. Aunque hay unas caras más agradecidas que otras.
    A mí me gusta el trato humano con mis alumnos, pero me enoja tener que hacer medias matemáticas, informes de actitud, levantar actas... Todo el aparato administrativo me sobra.

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  3. Quizá una de los alicientes de esta profesión se resume en tu última frase. Yo creo que es una suerte poder empezar de nuevo. Cuando acaba el curso yo me siento agotada, no puedo evitar cada año sentir los fracasos y los éxitos de mis alumnos como mios.
    Este empezar de nuevo es una manera de ilusionarse otra vez, de tener una nueva oportunidad de hacerlo mejor.

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  4. Comparto contigo, Lu, esta congoja de final de curso. Este morir para volver a nacer que va marcando nuestro caminar de profesores. El chiringuito se va desmontando para volver a edificar de nuevo, cada año con sorpresas, buenas o malas. Este año ha habido novedades que os he comunicado. Veremos si el año que viene hay posibilidad de continuarlas.

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  5. "Primero se acaban las clases, luego vienen los exámenes de suficiencia, posteriormente la entrega de notas y, por último, la despedida"
    Ayyy, LU, que se te olvida que tienes un blog: "Despedir a los colegas de otros blogs; redactar el post de fin de curso; cerrar tu blog hasta septiembre; resistir la tentación de echar una miradita de vez en cuando..."

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  6. Antonio, no se me olvida, porque el blog sigue ahí. El verano pasado no desconecté. Estuve posteando de otra forma. Sin la presión de las clases, por placer. Este verano no sé qué voy a hacer. De momento, tengo el julio llenísimo. Voy a dar dos cursos de verano. Uno semipresencial y el otro enteramente virtual.
    También está Ayerbe. Creo que voy a estar en activo hasta finales de julio.
    Menos mal que vivo en un lugar de veraneo precioso. Os invito a hacerme una visita. Soy una buena guía.

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